Capítulo 10

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Ya era de noche cuando Hyunjin se encontraba en su patio trasero con las piernas cruzadas sobre el césped, dibujando en una pequeña libreta el boceto de los árboles que se dejaban ver bajo la tenue luz de la luna.

—¿No es muy tarde para que estés fuera? — Una voz hizo que levantara su cabeza.

—¿Youngmi? — El pelinegro dejó su libreta sobre las hebras del pasto verdoso.

—Jisung me dejó entrar... Perdón por no avisar antes.

—No, está bien... Solo... No me esperaba volver a verte hoy.

La muchacha avanzó hasta sentarse junto al más alto.

—¿Estás bien, Minnie? — Le miró con preocupación luego de notar sus ojos hinchados.

—No. — Sonrió, demostrando su cansancio.

—No debí haberte hecho caso. Debí haberme quedado aunque me pediste que me fuera.

—Era lo mejor. Chan hubiese reaccionado peor si te quedabas.

—¿Qué te dijo?

—Que ya no confiaba en mí.

—Youngmi... Si fue por lo de que íbamos de la mano, solo era por el frío, él no debería malinterpretarlo. ¿Quieres que se lo diga?

—No es eso, Jinnie. Es porque yo le dije que luego del trabajo iría a casa a estudiar y luego me encontró contigo.

—Solo fue un cambio de planes, no era para tanto.

—Pues, Chan no cree eso. Como por su trabajo está la mayor parte del tiempo fuera de la ciudad, cree que cuando se va, lo engaño o algo por el estilo. Ni siquiera me queda tiempo de engañarlo entre todo lo que tengo que hacer. — Ella rió, aunque en su expresión se notaba que no era precisamente porque la situación le causara risa.

—Chan está mal de la cabeza, debería revisarse. — El mayor bufó.

—Hyunjin. — Volvió a reír, pero esta vez sí era por lo divertido del comentario del mayor.

—¿Qué? Es la verdad, a mí nunca me ha agradado.

—Lo sé... Bueno, basta de esto. No vine acá para hablar de Chan.

—Mejor, no arruinemos esta bella noche.

—Eres malo. — Sonrió. —¿Qué dibujabas?

—Solo son estos árboles. Más que nada era para distraerme.

—¿Pasó algo?

—Nada nuevo, solo es agobiante tener que ir todos los días a estudiar algo que detesto.

—¿No has considerado cambiarte a artes, Jinnie?

—Claro que sí, pero no creo tener la valentía para hacer algo así. Además, solo me queda la mitad de la carrera para salir y ser libre.

—Ser libre de trabajar en algo que no te gusta.

—Tampoco es tan terrible, la realidad de la mayoría de las personas es esa.

—Es verdad, pero no era lo que quería para ti. Me gustaría verte feliz todos los días de tu vida.

—Si sigues conmigo, seré feliz de todos modos.

—Pero no me refiero a eso, Jinnie.

—Sé a lo que te refieres, Minnie, pero no te preocupes. Estaré bien. — Le restó importancia al asunto. —Ven acá, hace frío. — El pelinegro abrió sus piernas para hacerle un espacio a la castaña entre estas. Ella se posicionó al medio y Hyunjin la rodeó por la espalda con sus brazos, transmitiéndole de manera inmediata su cálida temperatura.

VIDA DE COLORES - HWANG HYUNJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora