━━14; decepciones

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DAEMON

El príncipe acercó la misiva de lord Corlys a la vela más cercana y observó como las llamas consumieron con rapidez el papel. Sus nudillos todavía tenían un rastro de sangre del mensajero, a quien le asestó tal paliza al saber que eran noticias de King's Landing, descargando la ira por su situación actual...

El pedido de la Serpiente Marina lo seducía demasiado pues una vez más le estaba ofreciendo ese pedacito de emoción a su vida, solo que Daemon ahora quería paz, no ir tras cualquier excusa que lo conduciría tarde o temprano a Rhaenyra. Y no sabía si tenía el valor a pesar de saber que, tarde o temprano, volverían a reencontrarse. Es que los años tuvieron su efecto en él y lo llevó a cometer malas decisiones que consecuentemente atrasaría tal reencuentro.

Además, la anterior batalla en los Peldaños de Piedra tenía cierto propósito detrás, ¿qué beneficio le traería involucrarse de nuevo? sí, sentía que se traicionaba a sí mismo y al guerrero que sabía que era, pero ahora (lastimosamente) no caminaba solo.

Había retomado su vida con cierta impotencia después de ser apartado de su sobrina, sin tener un hogar propio, visitó y merodeó por algunas Ciudades Libres en Essos a lomos de Caraxes; donde los habitantes los recibían gustosos. Se aventuró a involucrarse en peleas callejeras, tomaba sin muchos ánimos a alguna puta lujuriosa y degustaba las bebidas y todo lo que le ofrecían de forma gratuita.

Hasta que llegó a Pentos y el príncipe Reggio lo recibió como su huésped más preciado... pero luego, todo fue marchitándose poco a poco el último tiempo, de repente comenzó a sentirse sofocado ante todos y prefería estar solo sino era en compañía de Caraxes. De lo contrario, pasaba varias horas al día encerrado en la biblioteca detrás de algún libro valyrio, se emborrachaba lo suficiente para cogerse a su puta o caer desmayado a su lado.

Y lo peor era que ya conocía todos los relatos que se narraban en los libros, los licores tendían a ser amargos en un mal punto, beber meada de yegua quizás era lo mismo que el hidromiel, el vino no se comparaba en nada con el de Westeros y con respecto a su puta; no sentía ningún ápice de afecto hacia ella... le había perdido tal cariño con el tiempo.

Aun así, bebió todo el contenido de su copa de un trago una vez notó que ya no estaba solo, necesitando algo fuerte para oír las tonterías que Reggio tenía para decirle.

—Parece que ya se enteró de las buenas nuevas —mencionó éste con ironía, tomando asiento con cierta precaución, quizá todavía impresionado por la golpiza que Daemon le dio al mensajero.

—Así es —respondió, tirado sobre su asiento y jugando con cuidado con la cera derretida de la vela, totalmente desinteresado.

El príncipe de Pentos procedió a llenarle la copa, la cual se encontraba junto la cena que se iba enfriando con el paso de los minutos, dejándole saber que definitivamente Daemon no estaba de humor. Pero, aun así, se mostró convencido a abrir la boca.

—Entonces sabrá que buscaré proteger a Pentos de esta posible amenaza —comenzó con su discurso—. Usted tiene experiencia, es jinete de dragón y ya los ha vencido; ayúdeme a proteger a Pentos —Daemon enarcó las cejas—. Le ofrezco una residencia permanente aquí, esta casa será suya de inmediato junto con sus tierras, granjas y bosques. Los locatorios pagarán tributo anualmente a su nuevo señor Targaryen —éste ladeó la cabeza como si todavía lo pensara—. Tendrán la libertad de la ciudad y el puerto, como lo merece su posición real.

—¿Todo eso por una posible amenaza? todavía no es ningún hecho, son solo rumores.

—Las alianzas son amenazas que se tejen en secreto y tales escorias hay que arrancarlas de raíz —comentó el príncipe con convicción—. Si acepta, mi gratitud desbordará su copa. Entiendo y respeto que sea un viajero, pero si me permite el atrevimiento, ¿qué otro señor le ofrecerá una propuesta como esta? tierras y un techo propio donde...

DESIRES ━━Daemon & RhaenyraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora