Capítulo 9.

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[i giorni della giovinezza.]

IX

Tra fue giovani.

Aquel Dúo camino mientras conversaban de manera animada rumbo a la casa del pelirrojo, usualmente las conversaciones siempre eran lideradas por el más bajo, algo que jamás le molestó a ninguno de los dos, ya que, pese al silencio que usualmente había por parte de Beckman era claro que siempre lo escuchaba atentamente.

Habían llegado después de un rato a la casa de Akagami, entraron sin preocupaciones ya que como había mencionado el chico anteriormente, sus padres no estaban en casa. Ben nunca tuvo el cierto grado de interés de preguntar la razón por la que no estaban, ya que desde el inicio el mismo Shanks le contó que por el trabajo nunca estaban en casa. Dentro de aquella morada noto como había diversos artículos decorativos, un tocadiscos en la entrada y en la sala una rocola, además de un televisor junto a la famosa reproductora VHS.

Ben camino tocando varias cosas solo con las yemas de los dedos, lo miraba todo con tranquilidad pero al mismo tiempo sentía que, aunque había diversas cosas en casa, que era claro que eran de los adultos, no había nadie para disfrutarlos, era curioso, el trabajo les daba dinero, pero el mismo les quitaba el tiempo para disfrutar sus recompensas.

---¿Qué ocurre?---pregunto Shanks con cierta curiosidad.

---¿No te sientes solo?

--¿Eh? Bueno, ya me acostumbré...--- rasco su nuca con una sonrisa avergonzada, ya que su amigo no hacía nada más que mirarlo fue por ello que con un salto le dio la espalda para luego colocar sus manos en sus caderas y menearlas como si estuviera bailando---, no es como si algo fuera a pasarme por estar solo, puedo hacer de todo, puedo ver películas, comer todo lo que quiera...a veces bebo el licor de papá ¡Oh! También puedo andar desnudo por la casa.

Beckman seguía mirando a su amigo quién en esos momentos seguía dando razón tras razón del porque estar solo en casa era tan bueno, pero no podía hacer nada simplemente camino para ponerse frente a él----¿Puedo venir cuando estés solo?

---¿Eh?

---tú no sueles ver a las personas a la cara cuando quieres llorar, no te gusta estar solo... cuándo estés solo en casa, dímelo y vendré aquí sin falta.

---Beck...--- soltó en un susurro un tanto sorprendido al mismo tiempo que alejaba sus manos de donde estaban hasta hace poco, miro a las palmas de sus manos ya que sentía como sus ojos amenazaban con delatar aquel sentimiento tan cruel que apresaban su pecho, la soledad. ---- ¿Puedo abrazarte?

---si--- le sonrió, fue ahí que al tener su aprobación salto a los brazos de su amigo solo así pudo romper en llanto.
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Aquella tarde había sido bastante divertida para los jóvenes, comieron muchas palomitas y diversas golosinas, vieron películas hasta aburrirse para después escuchar los discos del padre del pelirrojo, aquel hombre tenía un buen gusto musical, ya que tenía diversas bandas de grupos de rock como: Queen, Pink Floyd, The Police, Scorpions y Led Zeppelin.

Eran cerca de las 3:00 de la tarde, ambos estaban recostados en la alfombra mientras miraban al techo, cuando el disco de vinilo dejo sonar supieron en ese momento que debían levantarse. Ben tomo por la muñeca al pelirrojo dándole a entender que se levantará, cosa que hizo, tomando su mochila el pelinegro camino a la salida no sin antes hacerle una señal de que lo siguiera.

---vamos a comer.

---¿A tú casa?

---si, también pediré permiso para dormir aquí contigo, supongo que tus padres no vendrán está noche ¿Verdad?

Le piccole cose che amo di te. [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora