Capítulo 7.

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VII
I sentimenti di un uomo innamorato

Después de haber visto como el primero en gritar era uno de sus amigos, el resto de borrachos corrieron en dirección a la manguera de agua, misma que estaba tirada en el césped del patio, mientras uno abría con desesperación para que entre todos intentarán mojarse las manos, otros corrieron a la hielera para meter las manos al hielo, entre ellos estaba Shanks.

El pelirrojo con los ojos lacrimosos y una notable expresión de dolor, causante de haber jugado con un carbón que estaba al rojo vivo, trato de tomar un hielo, sin embargo Ben lo detuvo tomando sus manos.

---¡Espera!---le replicó al ver cómo el hombre tomaba ambas manos para comenzar a soplar aire en sus palmas.

---si te mojas las manos o las metes en hielo, solo vas a lastimarte más, tendrás un horrible dolor unos segundos después---explico con voz calmada para luego colocar las manos del pelirrojo en su pecho y frotarlas---, de esta manera la sensación pasará y no te dolerá después.

El pelirrojo miro sorprendido a su amigo quien sin mirarlo directamente a los ojos seguía con su ardua labor en relación a aliviar su dolor en las manos, Shanks estaba bastante concentrado en el rostro de su amigo, solo era capaz de sonreírle ante tal muestra de cariño, Ben siempre era un hombre así.

---¡HONGO BASTARDO!---replico Limejuice, quien ante los efectos del alcohol también había entrado al juego con el carbón--- ¿¡Porqué no me dijiste eso del agua y el hielo!?---, sin embargo aunque el joven rubio era alguien inteligente que no solía meterse en problemas de tal tipo, al notar como las palabras del mayor del grupo eran reales, solo era capaz de mantener sus manos sumergidas en el chorro del agua de la manguera junto a Yasopp y Lucky.

---es que no me preguntaste--- por su parte, Hongo se burló ya que al ser doctor primero le aviso de lo que pasaría a Ben, quien de inmediato intervino en Shanks, no pensó que eso resultaría así, posiblemente su amigo se vengaria más tarde pero verlo de tal forma valía la pena en todo aspecto.

----ya paso--- pero Shanks tuvo que volver al mundo real, miro a su amigo quien había parado de darle atención a sus manos, por lo que con un puchero estaba dispuesto a irse pero, Ben beso las palmas de sus manos---, muy bien ¿¡Quieren beber más!? ¿¡O irse a casa!?
---¡Hasta el amanecer!

Fue lo que gritaron todos los borrachos del grupo.
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A la mañana siguiente todos estaban dentro de la casa, Lucky estaba sobre la mesa rodeado de comida y sin pantalones o su camisa, solamente en ropa interior, Limejuice tenía el pie dentro de la boca de Hongo, mientras que Yasopp estaba dormido con la mitad de su cuerpo dentro de la pecera que la semana pasada había comprado Ben.
Para poder resumir como aquel grupo de adultos estaban, era un desastre total, sin embargo faltaban dos personas más. Dentro de los aposentos del dueño de aquella morada Shanks y Ben dormían desnudos, el pelirrojo estaba refugiado en los brazos del mayor quien lo tenía apresado en su pecho como si fuera su mayor tesoro. Al final cuando todos despertaron se reunieron en la sala.

---¿Alguien vio mi ropa?---preguntó Lucky.

---yo la tengo--- le respondió Hongo, pues se había quedado dormido sobre las prendas, así que se las entrego.

---oiga jefe~--- dijo en tono burlón Yasopp para colocarle a la bebé en la cabeza, la niña estaba tranquila, apesar del desorden de los adultos fueron lo suficientemente considerados para no despertarla---, es su hija ¡Cuidala!

Shanks estaba sonrojado y sorprendido, extendió sus manos para tomar a la bebé, sin embargo no decía nada, aquel inútil intento por parte de Yasopp para traerlo de regreso al mundo no sirvió, era claro lo que ocurría, ya que los dos adultos no podían ni verse a la cara, a eso se sumaba que Ben ya iba por su tercera cajetilla de cigarrillos.

Le piccole cose che amo di te. [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora