-Crónica III-

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Con respecto a lo sucedido luego de la Guerra de los Cuervos donde el príncipe Aemond Targaryen y la princesa Luceanerys Velaryon se toparon en Storm's End llevando los mensajes de sus respectivos reyes, la única certeza que se tiene por testigos es que la princesa Velaryon cayó un momento al piso por el dolor y un aroma suave a bayas silvestres y miel se hizo presente en el lugar.

Fueron dos días en que ambos príncipes permanecieron ocultos en un lugar de la tierra de las Tormentas pasando el primer periodo de calor de la princesa y por la marca, estaban casados de una manera antigua, tanto para los Dioses Antiguas en el Norte como los Dioses de antaño Valyrios.

Existen múltiples versiones de lo que pasó a continuación.

La primera dada por el Septón Eustace dice que la princesa sollozó cuando se dio cuenta que había entregado su virtud al bando enemigo y que la posible alianza con el Norte había fracasado.

El príncipe Aemond consoló a su reciente esposa con tacto esperando a que asimilara la situación.

El príncipe Aemond consoló a su reciente esposa con tacto esperando a que asimilara la situación.

La versión picante del bufón champiñón señala que la princesa Luceanerys estaba envuelta en furia, que arañó al príncipe por el torso esperándolo hacer sangrar, pero la diferencia de fuerza consiguió que el príncipe Aemond tomará a su esposa nuevamente sobre un lecho de heno.

Los príncipes arribaron a la capital sobre lomos del Vhagar, ya que Arrax, el dragón de la princesa había marchado a Dragonstone.

La recién presentada omega fue escoltada hacia Red Keep por algunas capas doradas mientras montaba a caballo con su esposo que había envuelto su brazo alrededor de su cintura todo el tiempo.

La pareja de recién casados arribó a la corte completamente desaliñados, con sus ropas de jinetes y en palabras del bufón, oliendo a sexo salvaje.

Nuevamente las fuentes difieren de que paso a continuación cuando vieron al rey Aegon en el trono.

La princesa Luceanerys suplicó que la dejaran ir a casa con su madre, rogando que ya que estaba a poco de dar a luz y necesitaba estar con ella. El septón Eustace dice que muchos omegas recién emparejados tenían la tendencia a actuar muy sentimentales.

La princesa era una cosa sollozante que el príncipe Aemond nuevamente tuvo que abrazarla por la cintura y presionar sus labios sobre la reciente marca. Luceanerys Velaryon soltó un sollozo y se desvaneció en los brazos de su esposo.

Por otra parte, Champiñón cuenta como la princesa se convirtió en una bestia sedienta de sangre Hightower. Gritándole, llamando al rey un usurpador, a la reina Alicent una perra y a Lord Otto un miserable.

Vociferando a toda la corte que se podían ir a los mismísimos Siete Infiernos por usurpar la corona de su madre.

El príncipe Aemond intervino sujetando la cintura de su esposa y en vez de besar la marca, volvió a morder frente a toda la corte, y sin censura alguna, la princesa soltó un sonoro gemido ante la sensación de los colmillos de su alfa sobre su marca desmayándose en sus brazos.

El príncipe en sus brazos dijo que el trato con los Baratheon sería cambiado. Él ya no se casaría con ninguna de las hijas de Lord Borros y que ahora sería Daeron el encargado de cumplir con ese deber.

—Ya nos acostamos, tiene mi marca y posiblemente ya lleva a mi hijo en su vientre — dijo el príncipe Aemond a la corte y su familia —¿Por qué no traen a un maldito Septón para hacer más formal el asunto?

Dicho aquello se fue a su habitación llamando al Maestre Munkun para que revisaran a su esposa.

El maestre Munkun agrega que revisó a la princesa bajó la mirada posesiva del príncipe Aemond. Con cuidado limpio la sangre de la marca de apareamiento y se retiró.

Varios cuervos volaron hacia los grandes señores y a Dragonstone informando del enlace entre los príncipes y que en dos días se llevaría a cabo una sencilla boda en Red Keep.

La noticia que la princesa era una omega llevó a una completa decepción por parte la reina, quien profesaba que ningún hijo engendrado de un amorío y naciendo bastardo podría ser bendecido por la Madre como un omega, ya que aquello era para los niños concebidos dentro del matrimonio.

El cuervo hacia la reina Rhaenyra diciendo que se abrieron las negociaciones de paz, puesto que ahora tenían a la princesa Luceanerys en la capital como la esposa del príncipe Aemond.

Poco se habla de la furia de la Reina Negra ante la noticia de que su hija se había presentado inesperadamente como omega y que se había enlazado con el príncipe Aemond Targaryen. 

Bueno

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Bueno. A quien le creemos sobre lo sucedido en la corte. ¿Al Septón o al bufón?

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