Dragon's Obsession

Capítulo 7

Jacaerys Velaryon supo por cuervos las malas noticias. Había hecho una parada en el Eyrie donde Lady Arryn cuando supo las malas noticias.

Su preciosa hermana se había presentado como omega y el mil veces maldito Aemond Targaryen la había marcado y llevado a Kings Landing.

Decir que estaba furioso era poco, desde joven su madre le enseñó a canalizar su ira. Así que en una montaña alta donde voló con Vermx, gritó hasta que le dolió la garganta. Dejó el Valle y voló directo a Dragonstone esperando instrucciones de su madre.

Se reunieron en la mesa de piedra. Su madre, Daemon, las gemelas, la abuela Rhaenys y el abuelo Corlys

—No podemos hacer mucho— dijo ella tocando su vientre aún más hinchado que la última vez que lo vio. —Están vinculados y eso es el mayor obstáculo.

—Ella se quedó paralizada por el lazo — agregó Daemon sentado mientras limpiaba la hija de su espada —Estábamos corriendo cuando el Lazo no le permito avanzar.

—Debe haber alguna manera de rescatar a Lucy de ese nido de víboras— insistió Baela. — Ire en Danzarina Lunar hacia la Capital.

—No Baela — dijo la abuela Rhaenys. — Hasta el momento están esperando la más mínima oportunidad de comenzar una guerra. No se la daremos.

—Muchos señores se han replanteado su lealtad a este conflicto— Madre se sentó por el peso de su vientre — Los Norteños consideran a los omegas sagrados y mantienen su fe en mí. El Valle está dudoso, piensan que Aemond debe gobernar porque está casado con La pequeña Madre. Los Hombres de Hierro son codiciosos, no nos fiemos mucho de ellos.

—Lamento no haberla traído a casa — se disculpó Daemon — Al menos tenemos al pajarito para que nos envíe mensajes.

—¿Quién es ese pajarito? — preguntó Jace.

—Laina. La hija de una de las cocineras de Red Keep — contestó madre — Era la compañera de travesuras de Lucy cuando vivíamos en la capital.

Jace asintió con la cabeza esperando instrucciones.

—Debemos esperar— dijo madre. Jace apretó los labios, no podía dejar a su preciosa y angelical hermana en manos de ese demonio.

—Es mi hermana. Con o sin tu permiso, madre, iré por ella — anunció Jace dándose la vuelta para ir con su dragón.

Daemon se puso de pie y lo tomó del hombro negando con la cabeza. Jace giró la cabeza y miró a todo el mundo, mirándolo con preocupación.

—Si damos un paso en falso, los verdes podrían lastimar a Lucy— le advirtió para luego acercarse a su oreja — No seas un niño estúpido que pone la seguridad de su hermana en juego porque no sabe pensar con la cabeza fría.

Jace apretó los labios.

¿Es que nadie se acuerda aquí que Lucy le quitó un ojo a Aemond?

¿Qué cosas horribles le estará haciendo a Lucy en estos momentos?

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La estaban torturando.

O al menos así lo sentía Lucy mientras viajaba en el carruaje camino al Gran Septo con las dos Septas a su lado. Alicent la miraba seriamente mientras que Helaena tenía a Jaehaera en su regazo mientras que Lucy tenía a Jaehaerys en el de ella.

El niño adorable jugueteaba con el encaje del vestido blanco color lila de Lucy. El niño balbuceaba sobre hormigas y pasteles.

—Le agrada mucho al príncipe, su alteza— dijo la Septa Guryen — Esperemos que La Madre la bendiga pronto con un bebé.