Luceanerys Velaryon estaba maldita. En un mundo donde los omegas son tratados como regalo de los Dioses, ser una significó grilletes de oro, cuando en medio de La Guerra de los Cuervos tuvo su primer celo y fue atrapada por Ameond Targaryen.
Sellánd...
Él llegó primero volando en Vhagar mientras Lucy llegó en barco acompañada de sus hermanos. Joffrey se tomó en serio el papel de ser el hermano protector ante los bebés y Lucy embarazada
El otoño se estaba acercando poco a poco volviendo el clima algo frío. Lucy se envol en una capa con el rojo y negro Targaryen. Fue recibida en la corte con honores.
El pueblo decía que era señal de los dioses. La reina Rahenyra dio a luz a la única omega en la familia y ahora ella gobierna los siete reinos como una madre.
La corte era hipócrita y su madre lo sabía, tan rápido como llegó en su dragón, se inclinaron hacia ella y Daemon. Las damas se acercaron a Luceanerys felicitándolo por la nueva oportunidad que los dioses le estaban dando con este bebé.
—Quisiera descansar — dijo Lucy armando un nuevo nido en la antigua habitación de Aemond — Espero que la coronación de madre termine pronto. La corte me agobia.
—Lo se querida— Aemond la abrazó por detrás besando su marca.
Sus manos fueron a su vientre mientras seguía repartiendo besos a lo largo del cuello.
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Daemon abrazó a sus chicas cuando las vio.
Le encantaba ser la Mano de la Reina. Escribir esos cuervos a los señores que rápidamente le dieron la espalda a su esposa, una misiva de doblar la rodilla o que sus cabezas rodaran por el piso del salón.
—Padre— dijo Lucy abrazándolo.
—Issa hāedar (Mi niña) — Daemon la abrazó — ¿No deberías estar en tu habitación?
Daemon miró a Aemond que estaba cerca de la puerta.
—Me aburro — contestó Luceanerys — No tener nada que hacer todo el día.
—Es por el bien de tu bebé.
Lucy suspiró pesadamente pero solo sonrió. Daemon colocó su mano sobre el vientre de su hija, ya se podía sentir como el bebe se estaba haciendo presente en su cuarta luna.
Daemon sonrió cuando vio como Aemond dio un par de pasos al frente cuando tocó el vientre de Lucy.
Aunque Daemon odiaba admitirlo, Aemond se parecía mucho a él. Y él esperaba que tuviera la sangre fría para empuñar su espada en la protección de Lucy y el bebé.
—¿Y mamá? — pregunta Lucy.
—En su habitación leyendo unos documentos mientras le da de comer a Visenya — contestó Daemon.
Lucy bostezó cansada.
—¿Quieres ir a descansar, Lucy? — preguntó Aemond acercándose a ella.
—Si. Estoy agotada — volvió a bostezar y Aemond se la llevó.
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Jacaerys cambió su apellido Velaryon por el Targaryen. Ahora era el heredero al trono y con ello tuvo su lugar en el pequeño consejo.
Todo fue cambiando.
Daemon disfrutaba ser la Mano de la Reina.
Alan Beesbury fue nombrado Maestro de la Moneda como recompensa al honor y lealtad de su abuelo, Lord Lyman que fue el primero en luchar por el derecho de la reina.
El Maestro de los Edictos fue nombrado Torrhen Manderly. La Maestra de los Susurros fue nombrada Lady Mysaria, alguien que sabía todo de las calles más abandonadas de King's Landing.
El Maestro Naval fue hacia el abuelo Corlys quien regresó a su puesto de largos años, dejando la regencia de Driftmark a cargo de su sobrino Daeron Velaryon quien dentro de poco tomaría a Joffrey bajo su ala y aprenda a gobernar High Tides.
El Lord Comandante fue hacia Ser Erryk quien llevó la corona del abuelo Viserys, su gemelo fue ejecutado y Jacaerys lo vio soltar lágrimas al momento de la ejecución.
Y el Gran Maestre fue a cargo de Gerardys, dejando a otro Maestre en Dragonstone.
Jacaerys tenis su lugar en el consejo como el heredero.
—Todo está listo para la coronación de la reina — dijo Daemon — Los Capas Doradas cuidarán el perímetro de Pozo Dragón para mañana. El banquete ya fue planeado con la nueva jefa de las criadas.
—¿Y su majestad está pensando en hacer un torneo en honor a su coronación? — preguntó Lord Manderly.
—Las arcas perdieron 1/4 de su totalidad — dijo Madre mirando al consejo — No habrá Torneo. No por ahora, pienso que el Torneo se debía celebrar en honor a mi primer nieto.
—Un torneo en honor al hijo de la pequeña madre alegraría al pueblo — coincido Mysaria — El pueblo se enteró de este milagro y a haciendo al Septo en rezos para la princesa y el bebé.
—Bueno. Entonces — continuó Daemon — Por suerte la guerra no afectó mucho al pueblo llano. Por lo que la arcas reales no ha sufrido un golpe tan grave. Podemos programar la boda del príncipe Jacaerys con Baela para dentro de tres Lunas.
—Me parece bien — accedió Jace — Le dará tiempo a Baela para elaborar su Capa de Doncella.
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Aemond nuevamente están en Pozo Dragón para una nueva Coronación.
El pueblo llano era muy voluble. Hace menos de medio año estaba que aclamaban a Aegon y ahora lo hacían con Rhaenyra.
El Septon Eustace cubrió la frente de Rhaenyra con los aceites y le colocó la corona de Viserys en su cabello plateado.
Rhaenyra miró al pueblo y todos se arrodillaron ante ella. Aemond sujetó a Lucy por la cintura mientras el pueblo aclamaba a Rhaenyra.
Como primera mención como soberana le colocó la armadura y Capa Blanca a Daeron, quien dijo sus votos con devoción genuina.
Helaena sonríe, algo que hizo mucho desde la muerte de Aegon.
Luego, entregó a Fuegoscuro a Jacaerys, mostrándolo su heredero oficial.
— Flechas en llamas — murmuró Helaena mirando a Jacaerys quien Rhaenyra le colocaba una corona sencilla de banda de oro, la corona del heredero sobre su cabeza — La primera sangre se pierde.
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