La presencia de la princesa Luceanerys en la corte fue un tema de tensión. Si bien la princesa no estaba en calidad de rehén no tenía las mismas libertades que en DragonStone.
El Septón Eustace escribe que la princesa, por órdenes de la Reina Madre fue rodeada por dos Septas a cargo de leerle el El libro de las Siete Puntas y explicarle sus deberes maritales.
Champiñón cuenta que la princesa Luceanerys se deslizó hacia el patio de entrenamiento para entrenar con la espada, pero el príncipe Aemond la atrapó en el camino y la llevó de regresó con las Septas.
El bufón de la corte dice que, en la noche, la princesa usó su boca para complacer al príncipe Aemond para que la dejaran practicar con el arco y la espada. Acción en vano, pero que el príncipe aceptó la ligera sumisión de su esposa.
El Septón escribe que la educación de la princesa en Dragonstone ha sido precaria debido al poco interés en ciertas áreas femeninas como el canto y lo musical, al igual que su deseo de practicar en armas.
La esperanza que la princesa Luceanerys con el matrimonio enderece sus modales y actúa como lo debe hacer una princesa.
La princesa no contaba con una Capa de Doncella por lo rápido que se llevaba la boda, el vestido de novia era un vestido que se había confeccionado originalmente para la Reina Helaena pero pasó a la princesa, siendo de buena fortuna que ambas mujeres tuvieran la contextura.
Era de color marfil, se le tuvo que quitar los encajes y brochados verde y dorado para ser reemplazado por los colores Velaryon.
El desayuno Nupcial tuvo lugar en los jardines de Red Keep. La joven pareja lucia encantadora, la princesa callada y serena, usaba un vestido color melocotón con un escote favorecedor mientras que el príncipe tenía una sonrisa de satisfacción y vestía de un color gis y negro.
Durante la presentación de los obsequios a la pareja, en el cielo se deslumbró a dos dragones Caraxes y Arrax, que aterrizaron cerca de la playa privada que contaba Red Keep. Minutos de incertidumbre acabaron cuando el príncipe Daemon entró a los jardines, llevando consigo dos cajas, una grande y otra pequeña.
—Vengo como el padre de la novia — dijo el príncipe caminando con la frente en alto hacia la mesa real — Es vergonzoso que una princesa no se case con la Capa de Doncella que tanto esfuerzo bordo.
El bufón Champiñón cuenta que muchos soldados tenían sus manos sobre los pomos listos para cualquier ataque del príncipe Daemon, al igual que el príncipe Aemond tenía a la princesa Luceanerys de la cintura en un agarre posesivo.
Por cortesía el príncipe Daemon fue aceptado en la mesa real para compartir la comida. En el intercambio de regalos abrió la caja más pequeña. Era una tiara plateada con muchas piedras azules turquesas.
El príncipe dijo que era un tesoro que el Ser Laenor Velaryon había mandado a elaborar cuando la princesa nació y que se mantuvo guardado hasta el día de la boda. La princesa Luceanerys lloró ante la mención de su fallecido padre y abrazó a su padrastro.
Las horas intermedias a la boda, se mantuvo alejado al príncipe Daemon de la princesa Luceanerys ante cualquier posibilidad de secuestro.
El septón escribe que la ceremonia se llevó a cabo en el Gran Septo a la tardecer. Muchos cortesanos estuvieron presentes en la unión, puesto que hacía tiempo no había una omega que entrara al Septo a casarse, siendo la última la fallecida reina Aemma.
Eustace describe al príncipe Aemond: Un joven alto y con el cabello plateado, con un buen rostro marcado por una cicatriz que lo obligaba a usar un parche. Con túnicas negras y bordados en plata, en sus hombros descansaba una gruesa capa con los colores Targaryen.
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Dragon's Obsession
FanfictionLuceanerys Velaryon estaba maldita. En un mundo donde los omegas son tratados como regalo de los Dioses, ser una significó grilletes de oro, cuando en medio de La Guerra de los Cuervos tuvo su primer celo y fue atrapada por Ameond Targaryen. Sellánd...