Capítulo 15

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Luceanerys salió un poco del estanque de sufrimiento y miseria que la había estado consumiendo los últimos días.

Lloró lo que tuvo que llorar a ese bebé que jamás podría nombrar ni abrazar.

Debieron pasar cuatro días desde que llegó a casa cuando al fin su mente trabajó a la par con su cuerpo. Laina la ayudó a prepararse, su confiable criada la abrazó cuando se dio cuenta que algo de la antigua Lucy estaba en su cuerpo.

—Recién se está sirviendo el desayuno — dijo Laina mientras le trenzaba el cabello — ¿Algo específico para comunicarles a las cocineras?

—Muero por tiras de carne — dijo Lucy — Y miel con hojuelas de avena. Y leche, con un toque de canela.

—¿Mucho apetito princesa?

—Te comería aquí mismo— río Lucy y Laina la acompañó.

Lucy se miró al espejo, su piel estaba más pálida de lo acostumbrado, su rostro perdió su redondez y sentía el cuello muy delgado.

—¿Qué pasó en esos días en que estaba como muerta?

—El príncipe Aemond asesinó a las septas..

—¿A Faith y Guryen'

—Las arrastró hasta los jardines, donde su dragón princesa, fue el encargado de quemarlas y comérselas. — Laina hizo una marca — Le arrancó el brazo a Guryen y luego se comió la mitad de un trozo. A Faith se la comió a la mitad de un solo bocado.

Lucy sintió nauseas con solo imaginarse la escena. Ella se llevó la mano a la boca, se levantó buscando un cuenco donde vomitar, sentía la bilis arderle en la garganta mientras Laina le sujetaba el cabello.

Tuvo un par de arcadas más antes de parar de vomitar.

—Princesa— Laina le extendió una copa con agua fresca mientras Lucy se volvió a sentar en su taburete de tocador.

—Con solo imaginármelo me hizo vomitar. 

—Si. Fue una escena asquerosa.

Lucy se limpió la boca con agua hasta que sintió que todo el sabor ácido se fue. Respirando hondo, salió de su habitación hasta el comedor, en los pasillos los criados y guardias expresaron su alegría de verla nuevamente recuperada, nadie hizo mención del bebé que perdió.

Al menos eran amables en no decir las palabras; "Sígalo intentando princesa" o "Así fue la voluntad de los dioses"

—Buenos días — dijo Lucy. Toda su familia y esposo estaban en el comedor.

Su madre fue la primera en levantarse y correr hacia ella abrazándola, le acarició el cabello llamándola "Mi dulce niña", luego de unos segundos se separó de ella con sus suaves manos sobre sus hombros.

—Cariño — le acarició la mejilla — ¿Cómo te sientes?

—Lloré todo lo que tuve que llorar — sonrió levemente. Ella asintió con la cabeza y la guio hasta la mesa. Lucy se sentó en la mesa a lado de Aemond, quien rápidamente la tomó de la mano.

Ya con la mente lúcida notó que tenía el labio partido.

—Dioses. ¿Qué te sucedió en la cara?

—Daemon me golpeó en el rostro y las costillas.

Lucy giró su cabeza directo hacia Kepa, que dio un mordisco a su pan sin el menor remordimiento en su mirada.

—Te mantuvo en ese lugar de muerte, dejándote marchitar por completo — contestó muy serio — Debiste quedarte con nosotros. 

—Kepa...

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