10.

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— Estoy calmado.— Repitió Mile por quién sabe que vez.

Yo solo atine a sacar un cigarrillo, no solía fumar solo cuando estaba en momentos de mucho estrés y ahora me sentia muy estresado, un cigarrillo no me vendría nada mal ahora.

Pero Mile odiaba el olor a tabaco me miro mal cuando encendí el cigarrillo, no me importo porque cuando sentí como mi garganta se raspaba un poco por el tabaco me sentí mas calmado.

— Apaga eso por favor, Apo. Sabes que odio que ese maldito olor.— Si, lo odiaba pero yo ahora lo necesitaba.

— Deja que me lo acabe y ya, lo necesito.—

Espero en silencio un par de minutos que terminará de fumar mientras miraba la gente pasar desde mi auto, estabamos en un espacio reducido pero tampoco quería que todos se enteren de mis problemas.

Cuando termine de fumar nos miramos, él soltó un suspiro y yo dejé caer la cabeza en el asiento.

— ¿Fue muy difícil? — Abrí los ojos ante su pregunta.

Malditamente difícil, cuidar de Barcode cuando con suerte me sabía cuidar yo fue muy difícil y quise creer que con el tiempo mejoraría pero no lo hizo, se volvió más difícil cada día pero lo sobrellevaba porque amaba a mi hijo.

— Lo fue, Mile.— Sentí la mano de Mile en mi pierna y luego como apretó suavemente.

Mi labio tembló ante aquella muestra de cariño, hace años que no veía a Mile y hace mucho que no sentía su toque, él al ser mi destinado era más fácil que me dejará llevar.

— Lo siento, Po... Yo debía volver antes pero los estudios y el trabajo... Yo no tengo excusa.— No dije nada y él lo respeto.

No iba a llorar delante de él, no quería que viera mi debilidad pero sus palabras, la forma en la que sus ojos me decían que lo sentía, la caricia constante en la pierna en modo de consuelo, todo eso me hacían sentir triste... No por mi si no por ellos.

Mile y Barcode no tuvieron una relación prácticamente por mi culpa, porque yo me escapé cuando mamá me dijo que Mile había aparecido, porque huía de Tailandia cada que podía y porque jamás volví para buscar a Mile y contarle que tenía un hijo.

— Si vuelves a mi vida es por Barcode, para Barcode... Tu y yo no volveremos a ser nada.— Sentí como la mano de Mile se tensaba.

Mile no dijo nada, yo no dije nada solamente estanamos ahí mirando por el coche.

— ¿Puedo hablar con él ahora? — Negué con la cabeza.

— Hay muchas cosas que necesitas saber antes de hablar con Barcode, sus gustos y el porque es tan posesivo... Yo no quiero que sufra.— Dije algo temeroso.

— Yo no lo lastimare, Apo.—

— Yo realmente espero que no lo hagas pero primero debo hablar con Jeff.— Mile se tenso ante el nombre de mi mejor amigo.

Siempre se sintió algo incómodo con Jeff, decía que no era normal que un alfa no quisiera nada con un omega como yo pero Jeff nunca intento nada, jamás me hizo sentir incómodo por lo que ser su amigo y apoyarme en él fue lo mejor que me pudo pasar.

Después de todo necesitaba a un alfa al menos como amigo y en ese sentido podía confiar en Jeff, que me ayudó con su aroma y cuando no podía cuidar de mi hijo lo hacía él.

— ¿Aún tienes contacto con él? — Preguntó, note su tono de sospecha.

— Si.—

— ¿Solo si? ¿Por qué tienes que hablar con Jeff? — Apretó mi pierna haciendo que soltará un quejido, estaba ejerciendo fuerza.

Golpeé su mano con fuerza y Mile la saco de golpe, ambos soltamos un gruñido.

— Porque necesito hablar con él, porque él cuido de Barcode cuando yo no podía, porque él me prestó su aroma por años para que no me pasara nada.—

Esa pequeña frase puso en alerta a Mile, quien se cruzo de brazos molesto.

— ¿Pasarte qué? Nada te iba a pasar, Apo.—

— ¿Morir de pena quizás? ¿Depresión? ¿Qué Barcode sintiera rechazo? — Miré mal a Mile, se hundió en el asiento.— Todo eso fue lo que evitó Jeff.—

— Apo no me puedes decir eso y pretender que no piense mal, Jeff tiene treinra y dos años al igual que nosostros... Fácilmente pudo tomar mi lugar con ustedes.— Inconsciente solte un bufido recostandome en el asiento del piloto, sentí la mirada de Mile en mi.

— Mile nadie iba a tomar tu lugar. Barcode desde que tiene memoria supo de ti por lo que nadie pudo ocupar tu lugar.— Aquello hizo que Mile se abalanzara a mi y me abrazara con fuerza.

Quedé congelado ante el abrazo y porque la posición en el auto tampoco era muy cómoda, Mile escondió la cara en mi cuello y se que estaba pasando una ralla que si no lo paraba ahora no lo iba a poder parar jamas.

Metí las manos entre nosotros y empuje suavemente a Mile para que no sintiera tanto mi rechazo pero si quería mantenerlo lejos de mi, estaba hecho un lío y no quería que mis complejos terminaran por acomplejar a Barcode.

— Mile quiero dejar en claro unas cosas...— Él me miro y negó con la cabeza.

— Se lo que quieres decir y no estoy de acuerdo, Apo.— Suspiré mirándolo mal.— No me veas así, no estuve con nadie oficial desde que dejamos de vernos.—

¡Eso era una mentira! Eran muchos años sin vernos, eso no era posible.

— ¡Eso es mentira! Hasta yo tuve unos amoríos en estos años, Mile.— Me crucé de brazos indignado.

— ¿Qué dijiste? — Me gruñó ¡Bien hecho Apo! Hablaste de más, pensé.

— Nada...— Quedé a medio hablar cuando sentí que las manos de Mile me tomaban las mejillas y me obligaban a mirarlo.

— Tu. Eres. Mío.— Habló pausado, yo temblé.

Mile SIEMPRE tendría ese efecto en mi, ese del cuál pensé que ya era historia... Mile era dominante y posesivo, más conmigo y ahora me quedaba más claro, tendría que luchar contra nuestra atracción si o si.

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Moral of the story. (MileApo/JeffBarcode) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora