Moral of the story. (MileApo/JeffBarcode) TERMINADA.

30.

Narrado por Mile.

— Lo siento, hijo. Debo irme.— Mire a Barcode y el me corrió la mirada. Estaba devastado y aunque intentaba con constancia esconderlo no podía hacerlo porque el terco de Apo me mantenía alejado y yo... Yo estaba cansado.

Cada vez que intentaba hablar con el no me contestaba el celular y cuando lograba contactar con Barcode y le daba excusas cuando se daba cuenta que yo estaba presente. Yo realmente lo intentaba pero la verdad es que ya me estaba doliendo esto, su manera tan drástica de acabar con algo que ni permitió que avanzara.

— Mira no me caes bien y jamás intentaré simpatizar contigo porque es obvio que siempre me tendrás rencor por lo que paso con Barcode.— Comenzó Jeff, nos miramos intensamente.— Pero Apo es mi mejor amigo y lo adoro, te ayuda...— 

Antes de que pudiera terminar le gruñi haciendo que Barcode tomara su mano con rapidez para evitar una pelea, mi hijo no era Apo pero tenia esa mirada que hacia temblar a cualquier alfa después de todo era dominante y lo dejaba ver cada que Jeff y yo discutíamos, y la ultima semana si que discutíamos.

— No quiero,ni necesito...— Barcode me miro mal, esa mirada no se la daba a Apo aunque estuviera muy mal.

—P'Mile esto no lo podrás hacer tu solo, y para tu desgracia el único que puede sacarle el lugar exacto donde esta papá es P'Jeff.— Suspire, me deje caer sobre el muro.

Por primera vez me sentía idiota y débil, Apo me hacia fuerte y su constante manera de querer escapar de mi me volvia loco, Bible no sabia nada de Apo y no es como que lo haya amenazado para decirmelo pero tengo mis métodos y resulto que Apo no dejo cabos sueltos porque borro historial, prohibió en el trabajo que nos dieran la dirección del hotel e incluso llamaba a Barcode desde el teléfono de la empresa, cosa que nos fuera casi imposible encontrarlo.

(...) 

A los días Jeff llego a casa de Apo algo agitado y gritando que lo había logrado, mierda casi dos semanas después de que  Apo se fue yo estaba montado en un avión a Estados Unidos con la única esperanza de encontrarlo, de aclarar las cosas lejos de todos y que me entendiera que  si reaccione como lo hice con el tema de nuestro hijo es porque se lo importante que es para el y no quiero que ninguno sufra, no permitiré que nadie les haga mas daño porque yo ya se los había hecho y como me arrepentía de haberlos dañado.

Llegue al hotel en New York mas rápido de lo que pensé, deje la pequeña maleta que alcance a hacer porque mi hijo me obligo apelando a que debía dejar de ser tan impulsivo, cuando estaba listo para ir en  busca del omega mas terco pero mas hermoso que ningún otro recibí un mensaje de Barcode:

"No vayas a penas llegues, toma un ducha y bébete un café, no hagas nada bobo por favor, no quieres que mi Pa salga corriendo de ahi, dejalo hablar y luego hablas tu. Si quiere llorar solo abrazalo y si quiere insultarte dejalo, no lo arruines por favor.

De verdad ustedes también tienen que ser felices y que mas daria yo por tener a mis dos padres juntos, se que se que se aman, lo se por eso estoy ayudándote pero ya no lastimes a mi Pa porque si lo haces seré el primero en impedir que esten juntos... Te quiero, Papá."

Y sin notarlo ya tenia lagrimas en mis ojos, es la primera vez que me dice así... Ni yo me consideraba un padre aun y que Barcode me vea como uno es la mejor sensación del mundo, era mi hijo... Mi hijo con el único hombre que he amado en la vida y que me quiera ayudar me llena de fuerza para esta vez hacer las cosas bien.

Cuando cayo la noche supe que era ahora o nunca, mi corazón latía con fuerza y mi lobo gritaba por Apo, por primera vez después de conocerlo me sentía tan nervioso, tan confundido, tan asustado pero a la vez con una emoción que jamás habia sentido, jamas pense que volveria a perseguiría a Apo a otro país.

Para ser exactos ningún omega me ha vuelto tan loco como lo hacia Apo, se notaba a leguas que era mi omega, mi rencoroso omega que me hacia sentir lo que yo lo había hecho sentir en el pasado y cuando lo vi salir de aquel restaurante con una mascarilla puesta supe que siempre seria igual.

Nuestra relación estaba destinada a ser así de caótica después de todo los dos éramos un huracán y juntos o separados hacíamos desastres pero esta vez prefería hacer aquellos desastres de su mano, lo amaba... Lo amaba tanto que llegaba a doler.

Se veía tan hermoso con esos jeans y una camisa mas grande su talla, venia directamente a hacia mi pero concentrado en el cigarrillo que se había puesto en los labios anteriormente, vi como sus hombros se relajaban cuando prendia el cigarrillo y yo me llene de miedo al rechazo cuando lo tuve frente al frente.

Nos miramos, Apo mantenía el cigarrillo en sus labios aun en shock, no sabia como reaccionar hasta que sentí como su mano se acomodaba en mi mejilla y negaba con la cabeza, con su mano libre se saco el cigarrillo de la boca mientras exhalaba el humo.

— ¿Te había dicho que odio que fumes? — Saco la mano de mi mejilla cuando hable, dio un paso hacia atrás dándole otra calada al cigarro, el humo salió por su nariz.

¡CARAJO! Apo ya era atractivo a la vista solo con ser el y el cigarrillo en su boca, el humo saliendo por su nariz lo hacia aun mas atractivo aunque odiaba esa pequeña adicción que tenía. 

— ¿Te he dicho que no dejare de hacerlo solo porque a ti no te gusta? — La gente pasaba por nuestro lado mirándonos de vez en cuando, claro que llamábamos un poco la atención porque ninguno de los dos hablaba en ingles pero no me gustaba las miradas que se ganaba Apo, como si fuera el hombre mas bello del mundo, lo era pero no me agradaba el tipo de mirada que se ganaba de algunos alfas e incluso algunos omegas lo quedaban viendo.— ¿Que haces aqui, Mile? — 

suspire, mirando a Apo con algo de ternura. Tome su mano que no sostenía el cigarrillo y comencé a caminar, no sabia bien donde íbamos pero  si lo que queria hablar y ahora no me importaba mas que el omega mas lindo del mundo, estaba tomado de mi mano fumando mientras lo llevaba lejos de todas las miradas.

Por primera vez en mucho tiempo no me molesto el olor a cigarrillo y una idea loca se paso por mi mente, solte una carcajada.

— No, Mile. No haras que te pase el humo de mi boca a la tuya, sigue soñando.—

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