AMANTES +18

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NARRA BAUTISTA:
«Sobrepensar». Mil vueltas daban a mis pensamientos sin llegar a una conclusión. Tal vez ideas, que contradecían a lo que sentía en mi corazón, cuestionandome por horas y repasando cada detalle del hecho de que casi le hice el amor a Camila, me la imaginé demasiadas veces a mi lado, pero con el solo detalle de que no era nada mío.

Sentirla mucho más a fondo, hubiera sido mi decadencia, y claro siempre había un «pero» para todo.

Se había ido diciéndome una vez más que era una simple confusión, rompiendome en mil pedazos. Las cosas no estaban bien, lo sé, sabía que ella tenía la razón en decir que no estábamos solos. Y fue así como en ese microtiempo sentí que la había perdido de nuevo.

Era un imbécil.

No me la había jugado en insistir por lo que me quemaba por dentro, ese sentimiento de querer tenerla conmigo mimandola. Simplemente abrí mi bocota para no decir nada.

Yo no me sentía culpable.

Estaba vuelto un loco en imaginarme que había perdido el más mínimo contacto con ella, después de todo habíamos traspasado completamente la barrera de amistad.

Dormir era la única solución a no seguir pensando, pero con Luisana al lado no podría de todas formas, tenía que acompañarla aún y despedir algunos invitados. Luego de avisarme que había encontrado a Camila y que le pidió nuevamente quedarse a dormir en la misma habitación que opté por besarla y admirarla, sabía que no iba a sentirse bien, me mataba que sean así las cosas.

Pasado las horas, los invitados especiales ya estaban yendo a descansar dentro de la casa de Titán, mientras que los otros se iban a sus respectivos hogares. Luisana y yo nos dirigíamos para adentro también.

Luisana: Amor, esperame aquí voy a la habitación para buscar el camisón que olvide la vez pasada, se lo prestaré a Camila.

Bautista: Porque mejor no te acompaño, ya estoy cansado y quiero dormir - digo con cierto desdén, no quería cruzarmela en este momento.

Luisana: Dale, yo no me demoro tampoco, estoy hecha un desastre.

Cuando nos dirigíamos para la habitación se escuchaban gritos y por lo que suponíamos era Olivia, los ruidos provenían de su habitación y de solo pensar en que la hacía gritar.
Remuevo la cabeza quitándome esa imagen. Yo y Luisana sonreímos ante esa escena en la que se encontraba su hermano y su novia, claramente ya estaban ebrios.

Al entrar, me quito los zapatos y la ropa que traía puesta, para agarrar unos pantalones cortos que me servían como pijama, de esa manera me sentía aún más cómodo, abro las sábanas del respaldar para echarme y cubrirme con ellos. Visualizo que Lu lleva en sus manos un camisón corto y de solo imaginarme a Camila con eso, me vuela la cabeza.

Ella da aviso que en un rato volvía y yo muevo mi cabeza para asentir.

Después de unos minutos aparece, no hago caso omiso ante sus movimientos, pensando en que se cambiaría, pero antes de que eso pase, se acerca hacia mi lado y se dispone a recostarse en la cama.
Creo que se dormirá con todo y el maquillaje puesto.

Luisana: Bauti, gracias por quedarte conmigo, la pasé increíble, otra cosa es que me puso muy feliz volver a ver a Cami y Felipe - dijo enfrente mío - Hacen una linda pareja esos dos, y hablando sobre la discusión que tuvieron, sería cosa de que lo arreglen con besos -sonríe.

Tenía razón y era justamente lo que no queria que pasara.

Bautista: Lu, no crees que ese tema no es incumbencia nuestra -espeto con desinterés -Ahora lo único que quisiera hacer es dormir.

DESCUBRIR EL VERDADERO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora