DESCUBRIR EL VERDADERO AMOR

SIN MOTIVO

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𝓾𝓷𝓷𝓮𝓬𝓮𝓼𝓼𝓪𝓻𝔂 𝓳𝓮𝓪𝓵𝓸𝓾𝓼𝔂
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NARRA LUISANA
Organizar la pedida de mano
de Felipe y Camila, me vino en
el momento más oportuno. Me ocuparía de los arreglos que irían en la decoración de la fiesta, Bautista, en cambio, sólo se encargaría de comprar las cosas de una lista escrita por mí, que sabía que le gustaban a Camila. La creación era la parte más difícil; las telas que cubrirían las mesas y sillas, las flores que por consejo de Olivia serían variadas entre anturios blancos y orquídeas azules, velas bajitas, piedras decorativas, eran parte de ello, y por mucho que no me gustaba presumir, encajaba perfecto.

Busqué la mejor música como entretenimiento, los mejores picados a tiempo récord, que claro, quería que fuera pronto. Titan estaría al pendiente de cancelar el reservado del local que había buscado Felipe para incorporar toda la ambientación. Ya estaba terminado.

Me había esforzado para hacer lo mejor posible.

{...}

Bajo las escaleras y, antes de llegar
a la entrada, paso por el vestidor
para agarrar una campera y salir
directamente camino hacia la universidad. Bautista ya se había
ido a la discográfica, su ahora prioridad, el cual ya me estaba cansado. Según él estaba avanzando con las indicaciones y papeles que
le dejaría a Facundo por el nuevo contrato que había confirmado con una banda de cantantes. Yo también había alistado un sin fin de actividades que podríamos llegar hacer él y yo en las pequeñas vacaciones, que por más convincentes, fueron postergadas para después del compromiso que le tenía Felipe a Camila.

La calle está muy tranquila. Apenas pasan autos y lo único que hay son casas. Grandes y modernas, pero casas al fin y al cabo. Suspiro, sí, algún día podría tener una de esas.

Escucho el ruido de un vehículo acercándose. Era Lucía, una amiga
de la universidad, que aparcaba
justo en frente del sitio en el que yo recurría. Baja la ventanilla de su coche y me hace un gesto con la cabeza para que me suba con ella.
La saludo y subo antes de ponerse en marcha.

El camino se hizo rápido y no habíamos hablado nada, al llegar
tuvimos que buscar un sitio en donde estacionar, todo estaba abarrotado; se veía desde fuera. La fila de personas dobla la esquina del edificio y a nosotras nos toca ponernos al final. Por suerte, lo único que hace seguridad es verificar la edad de los estudiantes, aceptar su carnet y ponerles un sello de asistencia. Nada que requiera mucho tiempo.

Lucía: Vamos, sonríe un poco — ruega, dándome una de sus miradas de reproche. No le respondo, mis ojos están en avanzar la fila frente a mí. Cómo si volver a estudiar ahora era un gran favor —. ¿Por qué estás tan seria? — su pregunta se queda en el aire — Bueno, no jodo más. — dice para continuar repasando su maquillaje.

Ella ha querido conocer a mis amigos desde hace mucho, nunca entenderé su necesidad de aprobación social. Tal vez esa es su manera de asegurarse no quedar sola. Quizás si fuera invitada a la fiesta del viernes estaría saltando en un pie y me dejaría en paz.

Mi celular vibra en el bolsillo de mi bolso, lo saco encendiéndolo para contestar.

[Llamada ✆]

Luisana: Dime.

Olivia: ¿Estas ocupada? — su voz resuena al otro lado de la línea.