Que pasaría si Camila Bustillo y Bautista Arce descubrirían que las personas con las que siempre decían querer no son los correctos, cambiando por total a lo que acostumbraban.
*-¿Llegarían a ser felices?.
*-¿Se quedarán tranquilos Luisana y Felipe...
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" Me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: déjame que me calle con el silencio tuyo ".
* * *
NARRA SIMÓN
Para mi buena suerte, mi distracción de una noche me llevó a descubrir algo que, sí, no me lo esperaba. Mis intenciones de aceptar la invitación de Lucía, una mina que conocí hace un año en una sesión de fotos, siempre fue de ir a esa fiesta de la que tanto nombraba y luego llevármela a la cama, pero, pasó todo lo contrario. Y resultó ser que era su acompañante para un evento ceremonial de personas que conocía muy bien.
Nunca esperé que Camila se fuera a casar con él tipo más detestable que llegué a conocer, hasta que todas esas dudas se desvanecieron al darme cuenta de que sólo era una pedida de mano y ella aún no lo sabía.
Estaba tan linda tomando de su copa de vino; me acerqué y la saludé, quería «felicitarla» por la nueva noticia de su compromiso y termine dándose por enterada, pero antes de que comenzara hablar, se fue casi corriendo.
Segundos después observé que salió por esa misma ruta el mismo pibe rubio que había llevado a mi casa semanas atrás.
Cada vez se hacía todo muy raro, decían ser amigos y yo no me lo tragaba. Aspiraba ir tras ellos, pero el impedimento era Lucía, no podía dejarla sola, así que cada vez que pasaban por nuestro lado mozos con cortejos de alcohol en sus bandejas la convencía de que se tome otra copa de más y de esa forma pierda un poco el conocimiento. Nunca me interesó tanto una mina cómo Camila, me gustaba, la deseaba, y haría todo esto para tenerla
Lucía: ¿Me acompañas al baño?, me duele la cabeza. - susurraba enredando las palabras.
Simón: Andá vos - respondí sin mirarla, mi vista estaba reflejada por completo en la puerta de entrada.
Lucía: Está bien, pero no te vayas, quedate quieto.
Se acerca a las dos puertas posteriores tocándose la cabeza en señal de dolor, poco me importaba verla así y cuando las puertas se cierran, veo que es el momento indicado para salir. No tengo idea del porqué. El caso es que voy más decidido a ver que pasa entre esos dos y volver rápido sin que nadie se dé cuenta.
Mi camarita se encargaría de ayudarme.
{...}
Lucía: ¡Pero Simón vos no me dijiste que los conocías!, ¡en especial a esa Camila! - gritaba sobrepasando mis tímpanos desde que habíamos acudido a su departamento. Ignoro su molestia y miro la pantalla de la cámara que llevaba siempre colgando en mi cuello por cualquier cosa. Estoy seguro que ya tengo todo lo que quería de esa fiesta. Felipe prácticamente al enterarse de que estaba ahí, nos botó como a cualquier cosa, pero valía la pena. Lucía, en cambio se había mostrado soñolienta, de cualquier manera como todo borracho tiene sus cambios de humor finalmente me trajo a su departamento para sacar en cara esto -. ¡Mírame tarado! - volvió a gritar.
