Que pasaría si Camila Bustillo y Bautista Arce descubrirían que las personas con las que siempre decían querer no son los correctos, cambiando por total a lo que acostumbraban.
*-¿Llegarían a ser felices?.
*-¿Se quedarán tranquilos Luisana y Felipe...
❝ Su sonrisa prometía lo que su corazón negaba: paz. Pero en las sombras, la guerra qué llevaba dentro volvía y esta vez más fuerte❞.
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* * *
NARRA SIMÓN
Debería existir un límite que le puede llegar a suceder a una persona, pero lamentablemente no lo hay y soy perjudicado de ello. Contemplo a Lucía, la chica con la que llevo más de un mes acostándome. Haría lo posible para ayudarme y aunque ella no quisiera, tenía de donde tenerla amarrada a mí.
Se suponía que mi puesto de trabajo, con el salario merecido y mi reconocimiento para una de las industrias más importantes, podría llegar a pasar por alto que mi modelo más vendida en los periódicos y revistas y por la cual me había vuelto loco, no me permita acercarme a ella. Hice mucho para hacerla mía, pero lamentablemente nunca estaría del todo sola.
Me enteré que Camila se había manifestado en la oficina el gerente, todos mis méritos académicos y del como trabajé para obtener el mando de una revista que haría ganarme demasiadas influencias e incluso una enorme cantidad de dinero para mi bolsillo, no fue suficiente.
Una carita angelical hizo que mi puesto sea cambiado por otro fotógrafo cualquiera. Y todo por no querer verme la cara. El ser el Booker principal en una agencia se había acabado para mí.
Gerente: Lo siento, Simón, pero Lucía no es tan auténtica como lo es Camila. El contrato para la revista te lo permití porque ella era tu modelo. Sin ella no hay nada.
Escondo mis manos tras mi cabello, frustrado.
Simón: No sabía que un señor como usted se dejaba guiar por una modelo que no sabe trabajar con profesionalidad. — mis labios forman una mueca mientras niego.
Sus cejas se alzan.
Gerente: Eso no es lo que dice la señorita Camila. Y no estás despedido.
Simón: No creo que también quiera saber como es perder a un fotógrafo como lo soy yo. Le traje reconocimiento a su agencia y por eso creció para lo mejor de Buenos Aires.
Gerente: El señor como se refiere, está molesto porque las reglas de convivencia no se están cumpliendo. La prensa se asocia a esta agencia y créame que ningún escándalo sería apropiado. Se lo repito a usted como se lo repetí a la señorita Camila.
Suspiro al ver el rostro imposible del gerente, el correcto hombre de sesenta años que está tras la dirección de la agencia.
Simón: ¿No hay nada que pueda hacer o decir para hacerlo cambiar de opinión, verdad?. Esta mujer que ve parada en frente suyo es una belleza infernal. Sabe que yo tengo buen ojo y le haría ganar mucho.
