【¿Por qué no bailas?/ Xiaolumi AU 】

【Capítulo 20- Jerarquía】

¿Por qué no bailas?
Cap 20

La sociedad aveces es muy confusa, para sobrevivir tienes que identificar quienes son de confianza y quienes no, pero, por esto mismo tambien se puede llevar a la ruina, tus notas, no importan, tu nivel, tampoco ¿amigos? Porfavor, lo unico que se puede hacer, en vez de dialogar, es buscar la forma de actuar en consecuencia, y la segunda opción, es la violencia.

—¿Tú..?

—¿Me extrañaste?

Mi hermano siempre me advirtió de las malas personas, las hipócritas, las falsas, y las problematicas, sin embargo, aqui estoy, cuestionando no solo mis acciones, si no mis sentimientos ¿En quién debo confiar ahora? Y lo más importante ¿Cómo él esta aqui?

—Venti...no, Barbatos, arconte anemo.

—Ehe – El arconte soltó una risa – No seas tan formal, tu sabes bien como llamarme. ¿No es asi?

Él se acercó hacia Lumine con una sonrisa, sin más espera este abrió los brazos y sacó la lengua.

—¡Viajera te extra-...!

Una fuerte bofetada sonó en el aire, la cabeza del chico esaba volteada y su mejilla más colorada que de costumbre, había recibido una bofetada de aquella ojos ámbar que tanto estimaba.

—En verdad... ¿Eres tú? Venti.

—Au..oye, te lo dejo pasar.

Morax a sus espaldas suspiró.

Después de varias horas de explicación, lograron hacer entender a la viajera lo que estaba pasando, con ayuda de ciertas pausas para no romper el reciente contrato, claro.

—Asi que.– Mencionó la rubia – Mi hermano esta en el abismo y busca romper el hilo del destino ¿por qué él es de teyvat? Y yo, ¿no? Esto..no tiene sentido.

—Si, si lo tiene.– Ventí alzó su mano hacia el techo – Si te lo planteas bien, puedes ver que tu estas conectada a otra tierra, la unica capaz de decidir tu propio destino, todos los demas estamos atrapados en un bucle sin fin, condenados a repetir la historia.

—Exactamente.

Zhongli miraba firmemente a la viajera mientras ella procesaba toda la información.

—Una jerarquía.

Rapidamente ella sacó una conclusión, y fue que su hermano, habia estado escalando hasta llegar a la cima, destronar a quien fuera el lider de la paz y establecer su reynado con propositos egoistas que nunca aceptaria.

—Me tengo que retirar.

—Venti.– Morax le miró –

—Ya voy.

A la salida de la mansion, la desesperación invadia a Lumine, quien no podia dejar de pensar en lo ocurrido, sabia que por un lado, debia romper el contraro hecho y decirle todo a albedo, asi salvarian a su mellizo, sin embargo, habia una cosa más, Venti ¿Acaso no la reconoció? ¿Olvidó su tiempo juntos en esta vida? La academia de Monsdtadt ¿Por qué se hacia que nada habia pasado? Y sobre todo.. ¿Aún siente algo por ella?

—Me prometiste que vendrias a verme..antes del accidente, antes de que nos alejaramos.

El puesto de arconte era importante, eso queria decir que celestia no habia sido derrocada del todo como se creía en el pasado, y que los dioses, vivían y no hacian nada.

—¿Por qué?

—Viajera.

De pronto, todo cambió, el aspecto cambió totalmente, era un ambiente caluroso con un gran árbol frente a los dos. El arconte se dio media vuelta y se encaminó hacia las raices de este, ofreciendo un lugar a su lado.

—Venti, no.

—Vamos viajera – Le ofreció la mano –, O deberia decir, Lumine Viatrix.

Al final esta termino accediendo y tomó asiento al lado del de cabellos bicolores.

—Lamento haberte dejado.

—¿Qué?

—Todo esto fue por culpa mia – Él recargó su cabeza junto a la de ella – Lamento todo, lo de tu hermano, por no ser de ayuda, por quedarme en Monsdtadt, pero sobre todo por no estar a tu lado, yo en verdad te.

—No te culpo.

—Pero...

—Me dolió, si, pero no fue culpa tuya, ninguno de nosotros pidió ser lo que es ahora y es nuestro deber cargar con esa responsabilidad.

—Lumine, solo quiero que sepas, que te recuerdo, se quien fuiste en esta vida y en la pasada.

—Lo se, lo sospechaba, y perdón, por la bofetada, yo no queria, ya sabes, lo lamento.

—Lo entiendo, je estas perdonada.

—Venti, tu tambien estas perdonado.

En ese momento, lo unico importante era el sonido del viento al mover las  ramas del árbol, de pronto, las lagrimas invadieron el rostro del joven, quien solo podia sonreir por aquella afirmación.

—Gracias, viajera.