Isaac
Desde esa tarde tediosa, donde Carla hizo de las suyas, — como siempre. —, invadiendo mi departamento, entrando como si fuera dueña de cada rincón. Esa tarde, donde mis plegarias fueron escuchadas y ella me devolvió las llaves, todo comenzó a mejorar, las salidas con Luna tienen otro color desde ese día, donde por accidente termine derramando café en su blusa, terminando ese encuentro en mi casa, que era la que se encontraba más cerca, colocamos su prenda a lavar y ella quedo con una de mis camisetas puesta.
Esa tarde donde le deje en claro, de alguna manera, a Carla que por encontrarnos de casualidad en un mismo país no nos hace amigos, tampoco las miles de veces que entro a mi vida, siendo invasiva y preguntona con cada cosa, obligándome a salir con ella.
Está bien, la parte de obligarme podría cambiarla, no lo hizo, ella asiste a mis mismos lugares de preferencias. No podría culparla de eso, pero si puedo culparla por el momento tenso en el que me metió con Luna, teniéndole que explicar de alguna forma la relación de no amistad que teníamos.
Ahora, todo se arregló, las cosas están saliendo como debían, salidas con Luna, clases, la misma duda invadiendo mi mente por completo si debería o no presentarme al concurso de mi profesor, todo eso, está saliendo como debería.
Mi vida volvió a estar en orden y volví a ser yo quien la maneje, para nada una lunática con taco aguja y excesivamente molesta.
—Arias.
— ¿Qué? — pregunte con el ceño fruncido, hasta que vi la persona que me llamo.
Joder.
— ¿Qué? — arqueo una ceja. — ¿Mi clase no es de su interés?
No es cualquier profesor. Es el profesor, el que decide si eres apto para esta carrera, si tienes ese potencial que se necesita para ser un buen escritor, es el, a quien acabo de contestarle de mala gana por andar metido en otras cosas que no son lo primordial, mi último año de universidad.
—Disculpe, estaba...—
—Me dejo muy en claro que no está interesado en esta clase, pude retirarse. — corto mis palabras, señalándome la puerta.
Este definitivamente es un día de mierda.
—Prometo estar más atento. — hable, tratando que mi rostro exprese lo mucho que quiero quedarme aquí y que él no vea en mí, las ganas de lanzarme a correr que tengo.
Harper me dedico la peor mirada que un ser humano podría proporcionarme, tal vez me lo merezca, precisamente no dé el, pero de algunas personas. No. De esa persona que se encuentra en mi cabeza hace días.
Nada está arreglado.
La molesta de Carla volvió a desaparecer, de todos lados, no hay mensajes, llamadas ni mucho menos visitas imprevistas, ella devolvió mi llave y se marchó, realmente se marchó de mi vida, evaporándose como si nunca hubiese existido en esta vida.
Esto es jodidamente molesto.
En el momento que la clase finalizo, deje caer mi cabeza contra el banco, llamando la atención de Noah que solamente contesto con un gran suspiro de frustración.
— ¿A ti que te sucede?
—La vida. — chasque la lengua. — La vida molesta...o tal vez. — me reincorpore en el asiento mirándole. — Tal vez sea culpa de Carla.
Noah largo una pequeña risa, haciendo que lo fulminase con la mirada.
— ¿Qué es lo gracioso? — interrogue cruzándome de brazos.
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Enamórate de alguien más
RomanceIsaac conoció el dolor de un primer corazón roto. Decidido a dejar todo atrás, se instaló en otro país y se prometió comenzar una nueva vida, alejado de los riesgos de enamorarse y sufrir. Ese era su plan: estudiar la carrera de sus sueños, leer muc...