Capitulo 25: Una entrometida

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Carla

¿Entiendes lo que te digo?

— ¡Que sí!

¿Vas a entrometerte, no?

Silencio.

Carla. — insistió. — Entre tú y tu madre, no se cuál de las dos me trae más problemas. — protesto.

—Ella, sin duda. — dije ofendida.

Para no querer ser abogada te metes en muchos problemas, ¿lo sabes, no?

—Algo...— reí. — Me gustan los problemas.

Ya sabes, si algo sucede...

—Te marco de inmediato. — corte sus palabras. — Lo se papá, eres el mejor, no olvides lo mucho que te amo.

Cuídate bicho. — del otro lado escuché su risa. Él sabe que detesto ese apodo. — Platicamos luego.

En lo que va de mi corta vida, solamente dos hombres no subestimaron el poder que podría tener. Y esos fueron ni más ni menos que mi padre, la persona que me crio fuerte y valiente, con claras ideas de que nadie podría venir a pisotearme. No le gusto para nada, cuando en mi adolescencia tome todo lo enseñado para tirarlo contra el. Era mi época rebelde, debía aguantarse un poco de mis caprichos.

La segunda persona que jamás dudo que podría obtenerlo todo con una llamada es Isaac y debo admitir que me encanta.

Me encanta ser esa chica que a él le orgullece. O tiene miedo de mí, aun no lo sé. Quiero creer que es un poco de orgullo y excitación.

Mis padres me enseñaron a no tenerle miedo a nada. Fallaron dos veces, la lluvia logra paralizarme y esa mujer, no me fio de ella. La madre de Isaac me da mala espina y que ella sea la que sepa algunas cosas de mí, me molestan. Nunca sabes cuándo va a utilizarlo en tu contra.

Lo que nunca falla en mí, es la intuición. Sabía que algo iba mal desde el segundo que Isaac me confirmo mis sospechas, Harper iba a dejarme fuera, sea como sea. Estaba claro que no me quería adentro de su compañía. Pero, ¿Por qué?

Fue fácil conseguir la respuesta, era levantar mi móvil y marcar algún que otro número. Su empresa está sucia, llenas de baches y estafas.

Como siempre pasa, cuando me obsesiono con algo nuevo, le sigo a todas partes. No me importa meter mis narices hasta conseguir lo que quiero. Sin embargo, esta vez, fue diferente. Andar de entrometida lo único que hizo, es que mis ganas de trabajar dentro de esa empresa de caigan.

Maltratos, acosos, estafas y descuidos, era su lema. No quiero eso para Isaac. Su trabajo es honesto y necesita que le representen como se lo merece.

Harper no es imbécil, lleva una empresa puesta en su espalda por décadas, sabe manipular y endulzar a los niñatos. — Primer error que cometió. — Nosotros no somos como los demás. Estamos criados por las grandes arpías y dobles caras de esta sociedad. Era cuestión de tiempo que uno de los dos se diese cuenta que algo andaba mal, para que un profesor necesite, con urgencia, separar sus clases y revisar como lunático todos los borradores de sus alumnos.

Quiebra. Es la siguiente palabra en nuestro nuevo vocabulario. Harper está en una quiebra irreparable, necesita una joya, algo que le de dinero de manera rápida.

Aquí ya llevamos, maltratos, acosos, estafas, descuidados, quiebra, ¿Qué más? Adicción al juego es la siguiente.

Viejo tonto, que pensó que podría sacarme ventaja a mí. Por cosas como estas, detesto que hombres subestimen hasta donde podría llegar.

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