Isaac
No fueron las dos horas que me la pase marcándole a Carla, consiguiendo que en todas las llamadas me colgase y termine bloqueando mi número, ahí no comenzó mi tortura, fue cuando mi móvil comenzó a sonar y al acercarme vi el nombre de Luka en la pantalla, por lo que observe, la información viajo rápido a él, como siempre ha pasado.
Temeroso atendí mi móvil, esperando que después del gran suspiro que acaba de largar, me platique.
—Grandísimo imbécil...— comenzó sereno por suerte. — Tú no tienes novia, pero sabes lo que pasa cuando un tonto se atreve a tratar mal a la amiga de una chica con novia... — el hizo un gran silencio. — Respóndeme Isaac. ¿Lo sabes?
—No, no lo sé.
— ¡La amiga que tiene novio se molesta con su novio por el simple hecho de tener un pene! — grito, causando que me aleje el móvil de la oreja. — ¡Y si ese imbécil, es amigo de su novio, se molesta el triple!
— ¿Ema se molestó contigo?
—Sí, pero eso no es lo que me fastidia más a mí. — gruño. — ¿Isaac que demonios te sucede?
—Ella no me dejo explicarle nada Luka, solamente se fue y no me contesta las llamadas. — respondí totalmente molesto y abatido con la situación.
—Espera... ¿le estuviste marcando?
—Me bloqueo.
— ¡¿La llamaste?!
— ¡Si imbécil, unas quince veces!
—Joder...— murmuro. — Que esto es más serio de lo que pensaba.
— ¿De qué hablas Luka? — inquirí nervioso.
—Que tú no le marcas a nadie. — respondió rápidamente. — Ella te importa...
— ¡¿Cómo no va importarme imbécil?! — grite totalmente frustrado. — Paso todos los malditos días con ella y ahora, en verdad la fastidie, y si vienes a decir idioteces, es mejor que no pierdas tu tiempo y ni me hagas perder el mío. ¡Que estoy jodido!
— ¡Tranquilo Isaac!
Largue un gran suspiro y cerré mis ojos, tratando de calmar los nervios que acabo de perder tan rápidamente.
—Por primera vez, en todos los años que vamos de amistad. ¿Puedes sincerarte conmigo? — pregunto Luka con su voz serena. — Entiendo lo mucho que te cuesta hacerlo, pero cuéntame todo desde el principio.
Dieciocho años de amistad, desde el momento que a mis cinco años me perdí en un vecindario vecino, cerca del mío, pero a la vez demasiado diferente a lo que conocía, donde las casas eran pequeñas y muchas estaban despintadas, con parte de las paredes rotas, haciendo que el pequeño Isaac de cinco años, se asustase y terminase llorando en el cordón de la calle.
En ese momento, de ansiedad, tristeza y las tantas emociones que recorrieron mi pequeño cuerpo, apareció un niño, de cabello rubio totalmente despeinado, con su ropa holgada y repleta de tierra, como en sus manos y rostro. Ese pequeño niño rubio, que trato de ayudarme a volver a casa y al ver, que mis palabras no salían de la mejor manera, tomo asiento a mi lado y espero, varios minutos, hasta que mi madre aparezca.
Así le conocí a Luka, mi mejor amigo desde mis cinco años. El cual le obligue a que lo sea, apareciéndome al día siguiente en su casa. Recuerdo que mande al chofer personal de mi padre a buscar a ese niño y cuando lo encontró, le obligue a que me llevara con el. Apareciéndome todos los días por su vecindario, a la tarde, cuando mis padres no se encontraban merodeando por la casa.
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Enamórate de alguien más
RomantizmIsaac conoció el dolor de un primer corazón roto. Decidido a dejar todo atrás, se instaló en otro país y se prometió comenzar una nueva vida, alejado de los riesgos de enamorarse y sufrir. Ese era su plan: estudiar la carrera de sus sueños, leer muc...