Carla
La claridad de la mañana logro golpear mis ojos, haciendo que se me dificulte abrirlos por completo, sintiendo una mano apretarme contra un cuerpo, robusto y caluroso.
En el momento que mis ojos se acostumbraron a los violentos rayos de sol provenientes del gran ventanal que se encuentra en una de las paredes de mi cuarto, se escapó de mi boca una sonrisa al verle dormido a mi lado, abrazado a mi cuerpo como si de un niño pequeño se tratase.
Con mucho cuidado, levante una de mis manos para comenzar acariciarle lentamente todo su rostro, empezando desde su mejilla hasta sus labios gruesos, que en este momento se encuentran cerrados formando una línea, no hay medias sonrisas, ni mucho menos esas muecas de desagrado que me hace cada dos segundos. Isaac se encuentra tranquilo, con sus ojos cerrados, respirando suavemente y con pocas ganas de despertar.
Verle así, me causa solamente una cosa, inmensas ganas de arrojarme encima de él y abrazarle fuertemente, hasta que comience a gritar que lo suelte como siempre hace.
Podrán decirme que tengo el perdón fácil, pero esas personas, no están en estos momentos, ni mucho menos en esta cama, viéndole dormir. Nadie cuenta con ese placer, entonces no podrían juzgarme por perdonarlo tan fácilmente, cuando pude ver por primera vez el miedo de sus ojos al querer desaparecer de su vida.
El, en todos estos días, estuvo pensando en mí. Lo sé, estuvo cuatro días para darse cuenta de lo mal que se comportó, pero aquí esta, tratando de arreglar su error, cumpliendo con algo que Isaac jamás hubiese hecho, que es dormir a mi lado y no importa lo casado que estuviese, el, en otros términos no hubiese aceptado tan fácilmente como le hizo ayer a la noche.
Con mucho cuidado, tome mi móvil que se encontraba en la mesita de noche, encontrándome con varios mensajes de mi grupo de amigas de España y entre en él, para chequear que cada una de ellas se encuentre bien, casi se me escapa una carcajada que tape rápidamente con las manos cuando vi la foto que Isabela y Ema habían pasado. La primera en comenzar fue Ema, dándonos los buenos días con una foto de Luka completamente dormido con su boca abierta, idénticamente a un pez cuando se lo saca del mar.
A lo mejor, esta es una especie de venganza de Ema hacia Luka, por subirle una foto a las redes sociales de ella durmiendo, totalmente desparramada por toda la cama, demostrando el poco lugar que mi amiga le deja en su cama. Definitivamente esto es una venganza de ella, sabe que Isabela va usar la foto de Luka para alguna de sus ideas locas.
Lo que me sorprendió, fue que Isabela se uniera y nos pase una foto del molesto simio de Teo, casi se me escapa un por lo menos no duerme con la boca abierta como Luka, hasta que leí el mensaje de Isabela, contándonos que hace dos horas que se encuentra despierta por culpa de los ronquidos insoportables de Teo. Tal cual a un simio, seguramente...
Lola se limitó a pasarnos una foto junto a Alex preparando el desayuno...ellos, bueno, son una pareja perfecta que no se hacen esta clase de bromas ni por casualidad, son los adultos responsables, creo...
Antes de dejar nuevamente mi teléfono arriba de la mesita de noche, por pura y exclusiva maldad, le tome una foto a Isaac y se las pase. Dos motivos, el primero es que, seguramente, de su grupo de amigos, el, al parecer, es el único menos molesto y por segundo, espero que Luka le moleste por el resto de su vida.
Los mensajes de mis amigas no tardaron en llegar. Acabo de lanzar una bomba, lo entiendo. Tome mi móvil y entre nuevamente a nuestro grupo, como le llamo Ema, las cuatro fantásticas, nadie sabe el porqué de sus extraños nombres, pero no ponemos objeciones a sus locuras.
Ema: ¡¿Qué rayos Carla?! ¡¿Isaac?!
Lola: ¡¿Queeeeeee?!
Isabela: Todo escalo muy rápido, me encuentro perdida. ¿Alguien me contextualiza?
ESTÁS LEYENDO
Enamórate de alguien más
RomansaIsaac conoció el dolor de un primer corazón roto. Decidido a dejar todo atrás, se instaló en otro país y se prometió comenzar una nueva vida, alejado de los riesgos de enamorarse y sufrir. Ese era su plan: estudiar la carrera de sus sueños, leer muc...