Capitulo 34: Enamorado de ti

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Carla

Hace mas de dos horas que me lo estoy repitiendo en la cabeza, se gentil, tiene resaca, su madre es una bruja y tú le ocultaste uno de esos secretos pesados y problemáticos por meses. Debo ser gentil y entenderle, que en estos precisos momentos, su cabeza debe estar a punto explote. Lo último que necesita es que alguien venga a levantarle de malas.

Con mi mejor predisposición me acerque al sofá donde Isaac estaba descansado. Sin hacer ruido, tome asiento en la mesa ratona, quedándome varios minutos observándole, tan tranquilo y tierno. Tenía uno de sus brazos tapándole los ojos y el otro apoyado en su abdomen. El largo de sus piernas no le cabía en todo el sofá, entonces una gran para le había quedado afuera, aun con los zapatos puestos. Mis ojos se posaron en una parte de su abdomen, la camiseta que llevaba se había subido unos cuantos centímetros, dejando expuesto gran parte de su perfecto abdomen. — Concéntrate Carla. Esta bueno, pero no puedes rendirte así de fácil. — Trague grueso y sacudí la cabeza, tratando de alejar todo pensamiento extraño.

Me puse de pie y volví a repetirme, se gentil. Di un paso hacia él, dándole cinco patadas al sofá hasta que Isaac abrió los ojos, confundido y buscando con la mirada lo que estaba sucediendo. Cuando su mirada me atrapo, se quedó unos segundos observándome con los ojos entrecerrados y por las expresiones de su rostro, me confirma que estaba demasiado borracho anoche para recordar todo lo que dijo.

Antes que me vea derramar las lágrimas que amenazaban por salirse, me marche de su lado, directo a esconderme en la habitación de mi amiga la traicionera y así poder llorar tranquila. No se que pensaba, estaba claro que Isaac no iba a recordar nada. Estaba borracho y confundido.

No alcance a llegar a la puerta del cuarto, que los brazos de Isaac me rodearon la cintura y me atrajeron a su cuerpo, haciendo que mi espalda choque contra su pecho.

Su respiración contra mi nuca, hizo que mi piel se erice. Hace dos semanas que no tengo contacto con él, y que ahora este, de este modo, tomándome de la cintura con sus brazos hace que mis piernas flaqueen. Nadie puede juzgarme. Me sigue gustando. Y Mi cuerpo es un traicionero con sus inocentes roces.

—Carla...— susurro.

— ¿Qué?

Si quería que mi voz suene frágil y nerviosa lo acabo de lograr a la perfección. Y si quería todo lo contrario, fracase horriblemente.

El acaba de notarlo todo. No hace falta voltearme para que sepa que mis mejillas están prendidas fuego y tampoco necesita tocar mi pecho para saber que mi corazón está latiendo desesperadamente.

—Te amo.

Corrijo, mi corazón acaba de detenerse de golpe. Ya no hay pulsaciones en mí, el acaba de quitarme la vida con esas cortas palabras.

—Todo lo que dije anoche es cierto. Estoy completamente enamorado de ti. — agrego.

Di un suspiro y apreté mis manos con fuerza, tratando de reprimir las ganas que tengo de voltearme y besarle.

— ¿Y que hay con todo lo que dijiste en tu casa Isaac?

—Sé que no es excusa decir que estaba enojado, pero me sentía tan herido y traicionado que quería que tú sintieras una parte de todo lo que estaba pasando conmigo.

Trague grueso y baje mis manos hacia las suyas, alejándolas de mi cuerpo, para darme vuelta y mirarla a los ojos, ese color verde que se observa más apagado que nunca.

—Mis sentimientos siempre fueron reales contigo. — le dije mirándole a los ojos. — Sé que debería haberte confesado todo esto hace meses, pero me daba miedo que tú reaccionaras del modo que lo hiciste y pienses que estaba jugando contigo. No dure ni un día con ese plan. — largue una risa nerviosa. — Tú me lograste enamorar desde el comienzo, aunque estuve mucho tiempo negándolo, era evidente.

Enamórate de alguien másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora