Isaac
Conciliar el sueño la noche anterior fue casi imposible, llegue a la casa a las dos de la mañana, luego de estar platicando por el teléfono con Luka, demasiados regaños en un dia viniendo de parte de el.
Eso no fue todo.
Los mensajes de Isabela no tardaron en llegar, la idea de ignorar toda notificación que salte en la pantalla de mi móvil, fracaso. Ella se cansó y después de varios meses de no entablar una plática, me marco. Varios regaños salieron de su boca, lo que puedo decir, que a pesar que su llamada fue para fastidiarme, volver a escuchar su voz luego de tantos meses, fue agradable y reconfortante.
Isabela es esa amiga que no importa los meses que uno pase sin comunicarse, la confianza sigue igual que siempre entre los dos. Ella, siempre fue de esas personas que no necesita esforzarse para entender mi cabeza y a lo mejor eso se deba a que los dos somos especialistas en no saber cómo comunicarnos con el mundo exterior.
Su llamada apareció en un momento perfecto, ese clic que mi cabeza necesitaba, llego acompañado de ese mal acento español que por el tiempo fuera de su país se le ha pegado.
Las palabras de Isabela consiguieron que me pase toda la noche dándole vueltas al asunto, terminando en dándole la razón de alguna manera, ella solamente dijo lo que nunca pensé escuchar viniendo de su boca.
«Te entiendo más que nadie Isaac, pero una vez que lo admites todo mejora. No esperes a que todo se vaya a la mierda porque el tiempo no lo cura todo, sé que puedes arriesgarte»
Me hubiese gustado que me dé más pistas con lo de que debería admitir con tanta urgencia, a este punto creo que toda la población del mundo sabe que algo me sucede con ella.
¿Eso es lo que debería admitir? ¿Qué me suceden cosas con Carla? ¡¿Eso no es jodidamente obvio?!
Por estas dudas que están atormentándome la cabeza, decidí que lo mejor era ausentarme a la clase de esta mañana. Mi mente no estaba para soportar una clase de Harper, con sus exigencias que debería apuntarme a su concurso literario.
Otra motivo para querer desaparecer del mundo...mis últimos dos meses de paz, para comenzar nuevamente con el circo de mis padres, volviéndome loco para que me apunte a abogacía.
Debería comenzar a enumerar los problemas que últimamente estoy teniendo en mi vida.
El primordial seria, el enfado de Carla, hasta hace unas horas atrás podría haberlo justificado, pero luego de que beso a ese imbécil bueno para nada, estoy comenzando a dudar si no debería estar molesto también, pero en el punto que me encuentro con ella, le importaría muy poco, para no decir absolutamente nada. Ella fue demasiado clara en decir que no debería importarme lo que hace en su vida.
Si pudiese elegir que no me importe, lo elegiría gustoso, pero esa cosa molesta se coló en mi como nadie ha podido hacer en años, logrando que por primera vez en mucho tiempo sienta ese sentimiento toxico y horrendo de los celos. En el momento que mi vista choco con su beso, mi pecho quemo, dolió y mi cabeza exploto, una mezcla perfecta de frustración y enojo.
Estas veinticuatro horas fueron duras.
Comenzó excelente, ella llegando a la casa, dejándome explicar el porqué del abrigo de Luna, hasta ahí, todo marchaba más que bien, luego de ese beso imprevisto que me dio, llevándonos literalmente a mi cuarto.
Nunca había sentido algo como aquello, la suavidad de su piel, nuestros cuerpos conectando, sintiendo sus roces delicados por toda mi espalda y nuestras manos entrelazadas.
Si hace un tiempo atrás, me hubiesen dicho que el sexo podría ser tan placentero, llevándote a sentir tantas cosas a la vez que tu cabeza debería bloquearse por un momento, disfrutando de la piel de la otra persona, los gemidos contra tu oído, todo lo que paso con nosotros el día de ayer, no hubiese creído en nada. Para mí, la gente se justificaba con todo ello, para poder tener una noche de lujuria, pero existe, era verdad que los sentimientos hacia una persona lo hacen todo jodidamente más especial.
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Enamórate de alguien más
RomansaIsaac conoció el dolor de un primer corazón roto. Decidido a dejar todo atrás, se instaló en otro país y se prometió comenzar una nueva vida, alejado de los riesgos de enamorarse y sufrir. Ese era su plan: estudiar la carrera de sus sueños, leer muc...