Isaac
En el momento que abrí la puerta, su sonrisa se abrió paso a toda la sala de mi casa, como siempre, Luna siendo ella y demostrándolo en sus camisetas llenas de vida con colores alegres y con sus rizos sueltos cayendo en cada lado de su rostro angelical.
— ¡Adivina! — exclamo caminando hacia la sala de mi casa.
— ¿Esto está relacionado con esos nuevos cuadros que estabas pintando? — inquirí con una media sonrisa.
—Quería agregarle más suspenso... — bufo formando un puchero. — Pero si, ¡mañana expongo en una de las galerías más prestigiosas de la ciudad Isaac!. — chillo de felicidad.
Una gran sonrisa se dibujó en todo mi rostro, sintiendo su misma felicidad al lograr algo que ella hace tiempo quería.
En nuestra primera cita, me confeso sus grandes sueños como artista, ella con tan solo veinte años logro lo que mucha gente mayor no ha podido y es exponer sus obras de tan joven en estas galerías elegantes, que gracias a mi madre conocí. Ella cada vez que viene a visitarme, termina sus visitas comprando cuadros en esa galería, para decorar la casa aburrida que tiene en nuestro país, siendo el único color que habita en nuestro hogar, los cuadros que mi madre les gusta colgar.
—Felicidades pequeña.
Luna dio unos cuantos pasos hacia mí y me rodeo con sus brazos, regalándome un abrazo sorpresivo y haciéndome dudar por varios segundos si después de todo, debería corresponderle.
A los pocos segundos, lo hice, le devolví el abrazo, pensando en que no podría esta tarde arruinarle la felicidad que siente, confesándole que hace unas horas atrás estuve a punto de follarme a mi amiga que no es mi amiga.
Ella se encuentra demasiado feliz...
Soy consciente de que apenas nos estamos conociendo con Luna y que tal vez le esté dando demasiado vueltas al asunto de algo privado entre nosotros, de sentirme mala persona por estar besando a otra chica, pero algo me dice, que ella solamente está conociéndome a mí, buscando esa privacidad entre dos personas, ella está aquí por mí, compartiéndome su felicidad y queriendo que la abrace.
No soy un idiota para no darme cuenta que a Luna le gusto de verdad y que ella no estaría jugando conmigo, pero con Carla a mi lado, confundiéndome a cada segundo con esas extrañas confesiones de borracha y sus ganas de que algo pase entre nosotros, me hace dudar de mí, de que es lo que quiero y me hace pensar de más, sobre qué demonios le está sucediendo a Carla por la cabeza, ya que de algo que me niego demasiado, es de que ella este sintiendo algo por mí, a lo mejor lo único que quiere es quitarse las ganas y seguir con nuestras vidas como lo era hace un mes atrás, antes de que ese beso en la cocina de mi casa pasara.
—Entonces... ¿quieres?
La voz de Luna me saco rápidamente de mis pensamientos, haciendo que la mirase de forma extraña, tratando de recordar de lo que me estaba platicando, antes que hubiese comenzado a divagar en mi cabeza.
—Cenar conmigo esta noche...
Si me niego, me convirtió en el imbécil más grande del planeta. Ella está feliz y aquí, sin exigirme más que una cena.
Asentí y ella chillo de felicidad, dando pequeños saltitos, haciendo que una risa se escape de mi boca.
— ¿Me aguardas a que me dé una ducha?
Ella afirmó rápidamente. — Isaac, a lo mejor este pidiendo demasiado, pero mañana...
—Claro que voy a ir. — respondí, cortándole sus palabras.
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Enamórate de alguien más
RomansIsaac conoció el dolor de un primer corazón roto. Decidido a dejar todo atrás, se instaló en otro país y se prometió comenzar una nueva vida, alejado de los riesgos de enamorarse y sufrir. Ese era su plan: estudiar la carrera de sus sueños, leer muc...