Capitulo 3: La llave

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Isaac

De todo lo que no quería permitir que pasara, paso.

Ella no solo me obligo a cocinarle una buena cena, de alguna manera, logro manipularme para que eligiese dormir en el sofá, totalmente incómodo, de la sala de mi departamento y que ella, duerma plácidamente en mi habitación, luego de hacerme quedar más de una hora sentado a su lado, teniendo una intensa platica con ella, que termino rompiendo por completo la primera regla, de no hacer preguntas. Las hizo y hasta no adormecerse, no detuvo.

Mi tortura.

Una tortura, en la figura de una chica molesta, con ojos de color miel brillosos, que utiliza cuando quiere conseguir cualquier cosa que se le ocurriese y detesto demasiado, ser de esas personas que ceden tan fácilmente cuando los miran con ojos tristes.

Mi plan de ignorar a Carla en los días siguientes, fue un total fracaso, comencé a encontrármela por casualidad en la cafetería y en el campus de la universidad.

Ahora, después de cinco putos años, justo ahora.

Se siente como cuando juegas a un videojuego y empiezas a subir de nivel, logrando desbloquear un personaje nuevo. No importase a qué lado vaya, ella esta ahí, con su presencia totalmente molesta y comprando a cualquier persona que se encuentre a mi lado.

A quien engaño. Solo fue a Noah, pero a ese chico lo considero un buen amigo y que haya caído tan fácilmente en los encantos falsos de Carla, me hace dudar de su tanta inteligencia.

Esta mañana fue de esas, en la que me encuentro molesto por todo el desenlace de estas últimas semanas, en la que deje explícitamente decretado, no volver a verla y ella sigue fastidiando mi paz interior, haciendo que termine de esta manera, cansado por correr tanto y de malhumor.

Cuando llegue a mi departamento, me metí en el, quitándome rápidamente mi camiseta toda sudada y atendiendo apresuradamente mi móvil. Para completar mis hermosos días, mi gran amigo que se encuentra a kilómetros de distancias, sigue de pesado con llamarnos a los tres todos los malditos días.

— ¿Qué quieres Teo? — interrogue al segundo que apareció su molesta cara del otro lado de la pantalla.

¡Joder, que hombre! — chillo Luka. — Isaac no vuelvas a colocarte una camiseta en tu vida.

—Imbécil.

No estoy para nada contento de admitirlo, pero Luka tiene razón Isaac...— comento Teo con sus ojos entrecerrados.

Mis amigos...me encantaría definirlos con palabras que no sean insultos.

Luka, si no fuera por él, nunca me hubiese relacionado con el mundo exterior y le estoy agradecido por eso, el me ayudo demasiado, pero sigue siendo un imbécil que bromea a cada segundo.

Pero volviendo a una descripción sin insultos.

Sin insultos Isaac, tus amigos algo bueno deben tener.

Lo que puedo admitir que Luka, a pesar de su forma pesada de ver la vida, es un luchador y tal vez sea por eso que siempre ande contento, tantas mierdas paso en el pasado, que ahora, debe tener otro panorama sobre lo que es vivir. Me gustaría saber su filosofía. Pero me niego a preguntarle.

El segundo que puedo describir es Alex. Nadie, absolutamente nadie en este mundo, entiende porqué es amigo de Luka y Teo, con este último son más años que lleva de amistad y conociéndole, sabiendo su carácter explosivo, me encantaría saber cómo le hace para no asesinarlo. Pero ahora que recuerdo, si no lo mato con sus propias manos luego de enterarse que Teo se estaba tirando a su hermana, no lo va hacer nunca.

Enamórate de alguien másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora