C054 - Ir a Liangzhou

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El joven bajó la cabeza. Estaba lleno de remordimientos por no recordar el pasado.

Mantuvo la mirada baja y explicó abatido: ―Me caí al agua cuando tenía diez años y tuve mucha fiebre. Después de eso, perdí parte de mis recuerdos. No quise olvidar... 

An Chang Qing se sintió profundamente afligido. Un pasado tan valioso y, sin embargo, no podía recordar, dejando sólo a Xiao Zhige para llevar a cabo esa promesa de hace muchos años. An Chang Qing fue golpeado por la culpa, sintiendo que había dejado atrás al Xiao Zhige de nueve años.

En esta vida, habían logrado aclarar esto, pero, ¿qué pasa con la vida anterior?

Nunca había pensado seriamente en por qué aunque nunca se habían conocido, Xiao Zhige siempre había sido particular con él. Desde casarlo en la Mansión Wang hasta convertirlo en su emperatriz a pesar de las vigorosas órdenes de la corte, Xiao Zhige se había empeñado en darle una posición que nadie pudiera pisotear.

En los muchos años que estuvieron separados, Xiao Zhige había cumplido su promesa, pero para An Chang Qing, podía considerarse un pasado inexistente y había rechazado despiadadamente la mano tendida de su esposo.

Y así, habían vivido con una persona callada y la otra alejada, perdiéndose el uno al otro y, finalmente, conociendo un final miserable.

An Chang Qing sintió un dolor punzante en su corazón. Como una tela de araña, se extendió gradualmente y tuvo que apretar las manos para aliviar el dolor.

Mientras An Chang Qing se ahogaba en la culpa por su ignorancia de su vida anterior, una mano grande y cálida cayó suavemente sobre su cabeza y comenzó a acariciarla.

―Está bien, lo recuerdo todo. Lo que quieras saber, te lo diré ―, dijo Xiao Zhige suavemente.

En realidad, no había mucho que contar. La expedición de caza no duró más de 15 días y los dos sólo habían pasado 10 días juntos. Como dos niños no favorecidos, no había juguetes de lujo para jugar ni actividades que atender, así que se habían quedado en la habitación de Xiao Zhige para compartir postres y contarse historias que habían escuchado de sus madres.

Los momentos felices no duraban mucho, pero habían sido suficientes para calmar el alma.

Para Xiao Zhige, esos habían sido los últimos 15 días de paz de su vida. Después de la muerte de su madre, luchaba solo en un entorno que le destrozaba el alma y, tras innumerables esfuerzos agotadores, había llegado a extrañar los días sencillos y tranquilos.

Chang Zai Cang solía expresar su desprecio por su pasividad. ―Eres el Señor de la Guerra del Norte, ¿cuándo has sido tan cobarde? Si realmente te gusta, entonces ve y tráelo de vuelta. An Zhi Ke no se atrevería a negarse. Después de todo, ni siquiera le gusta este hijo.

Las palabras de Chang Zai Cang sonaban simples pero pesaban mucho en la mente de Xiao Zhige.

Después de muchos años separados, se había convertido en el rumoreado sanguinario y tiránico Señor de la Guerra del Norte mientras que, aunque desfavorecido, An Chang Qing había permanecido puro e inocente.

Había extrañado mucho el tiempo que pasaron juntos, pero también era consciente de que, al crecer, cada uno tendría sus propias experiencias e incluso los amigos más íntimos tendrían que tomar caminos distintos. Además, sólo habían estado juntos durante medio mes y An Chang Qing ya había olvidado claramente este período de tiempo.

Xiao Zhige no quería destruir los pacíficos recuerdos que había tenido con An Chang Qing, así que sólo podía observarlo desde lejos, echándole una mano siempre que podía. Si no fuera porque la emperatriz intentaba interferir en su matrimonio al llegar a la mayoría de edad, Xiao Zhige no habría cedido impulsivamente a su obsesión y habría pedido permiso a la emperatriz Viuda para casarse con An Chang Qing.

Fritillaria - MajestadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora