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Lo que Hu Shifei trajo fue un libro viejo y deteriorado. No se sabía de dónde lo había sacado, pero hacía tiempo que le habían arrancado la cubierta y las páginas se habían vuelto amarillas.
Señaló con entusiasmo un párrafo concreto y leyó en voz alta: ―Más allá del mar del Sur, vivía una tribu de descendientes de sirenas. No estaban clasificados por géneros y todos eran físicamente atractivos. Las que llevaban las marcas rojas eran fértiles. También sabían tejer la seda de sirena. La seda de sirena es impenetrable por cualquier arma. Un pie vale más que mil monedas de oro.
Físicamente atractivos, marcas rojas, fertilidad, todo ello era congruente con la situación actual de An Chang Qing.
Xiao Zhige releyó el pasaje varias veces. ―¿La tribu de las sirenas del Mar del Sur? ¿Nunca escuché hablar de ella?
Había oído hablar de las sirenas en los cuentos populares que se transmitían desde la antigüedad, pero la leyenda decía que estas criaturas tenían cola de pez y aspecto repulsivo. También eran criaturas violentas que se alimentaban de humanos. Aunque las historias podían haberse distorsionado a lo largo de miles de años, nunca se había mencionado una sola tribu que llevara sangre de sirena.
―Yo tampoco lo había escuchado nunca ―, la expresión de Hu Shifei se tornó pesada, ―¿Recuerdas que una vez pedí un retrato de Wangfei?
Por aquel entonces, An Chang Qing había acudido a la clínica de Hu Shifei en busca de una cura para la enfermedad de su madre. En lugar de un pago monetario, Hu Shifei le había exigido que le dejara dibujar su retrato. Por aquel entonces, no sabía que An Chang Qing era el Wangfei del Señor de la Guerra del Norte.
―Lo recuerdo. ―Xiao Zhige asintió. Todavía tenía el retrato y lo estaba guardando adecuadamente.
Hu Shifei se acarició la barba y dijo: ―En realidad, quería el retrato de Wangfei porque un amigo de Yu Ze me había pedido que encontrara a una persona en una pintura. Esa persona tiene al menos seis o siete puntos similares a Wangfei. No conocía la identidad de Wangfei en aquel momento y quería dibujar su retrato y enviárselo.
Hu Shifei no esperaba que An Chang Qing fuera el Wangfei del Señor de la Guerra del Norte y que el retrato también se lo hubiera llevado Xiao Zhige. Además, su amigo era del Imperio Yu Ze, por lo que era muy inapropiado enviarle el retrato del Wangfei del Imperio Da Ye. Temeroso de cortejar a la muerte, se limitó a ignorar el asunto como si nunca hubiera sucedido.
Con el tiempo había olvidado todo aquello, pero los recientes acontecimientos habían reavivado su curiosidad por la pintura de su amigo. Sacó la pintura y, al examinarla de cerca, descubrió que la persona de la pintura también tenía una marca de escama de pez en la frente.
―Esta es la pintura. Wangye, por favor, echa un vistazo. ―Hu Shifei sacó el pequeño pergamino y lo dejó sobre la mesa.
La pintura representaba una figura masculina toscamente esbozada con rasgos muy similares a los de An Chang Qing, hasta el lunar bajo el ojo.
La única diferencia era la posición de la marca roja. Estaba en la frente del hombre, parcialmente cubierta por el cabello, mientras que la de An Chang Qing estaba detrás de la oreja.
Xiao Zhige y An Chang Qing intercambiaron miradas. Ambos pensaron en el retrato que Xue Wuyi había ordenado a sus hombres que les entregaran. La persona de la pintura tenía el cabello cubriéndole la frente y lo más probable era que también ocultara la marca roja.
El Imperio Xi Wei, y ahora seguido por el Imperio Yu Ze, todos parecían estar buscando a la persona de la pintura. Los ojos de Xiao Zhige se oscurecieron, ―Esto tiene que permanecer absolutamente en secreto. Enviaré más gente a investigar.
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Fritillaria - Majestad
RomanceAn Chang Qing temía a su esposo, el Señor de la Guerra del Norte que se rumoreaba que era temperamental y violento. Solo hasta su muerte supo que el hombre le había dado toda su ternura.﹝🍑﹞ ═════════════════════━━ ❝✺❞ ᴸᵃ ᵃᵐᵃᵈᵃ ᵉᵐᵖᵉʳᵃᵗʳⁱᶻ ᵈᵉˡ ᵗⁱʳᵃⁿᵒ...