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Cuando An Chang Qing era pequeño, siempre se había preguntado por qué su padre lo trataba de forma diferente a todos sus hermanos. Ya se tratara del banquete de Año Nuevo de la familia An o de la invitación de un conocido, siempre lo dejarían de lado y lo ignorarían. Para empeorar las cosas, los sirvientes se burlaban de él de vez en cuando recordándole los viejos tiempos, cuando él y Lady Yu aún eran la niña de los ojos de An Zhi Ke. Pero cuanto más escuchaba y esperaba, más lejanos le parecían aquellos gloriosos días. Poco a poco, sólo sintió impotencia y decepción hacia su padre y aprendió a no esperar nada de él.
Pero la pregunta seguía latente y como no se atrevía a preguntárselo a Lady Yu por miedo a que le trajera recuerdos desagradables, sólo podía mantenerlos enterrados en su corazón.
Mas tarde, despues de estar con Xiao Zhige y aprender a olvidar sus quejas sobre An Zhi Ke, ya no sintio ningun apego por su padre.
Inesperadamente, después de que finalmente lo había dejado ir, el nudo que siempre había sentido desde la infancia se había desenredado.
Tal razón para odiar a su hijo, aunque aparentemente ridícula, encajaba con la naturaleza mezquina de An Zhi Ke.
Con esto, la disonancia que quedaba en su corazón se disipó.
An Chang Qing vio la expresión apática de Lady Yu y tomó su mano para consolarla. ―La marca roja no es gran cosa. Lo que quería preguntarte es otra cosa.
En este punto, An Chang Qing encontró difícil continuar. Miró hacia Xiao Zhige en busca de apoyo y aliento. Luego respiró hondo y le habló a Lady Yu: ―¿Recuerdas que te pregunté sobre la tribu de las sirenas? Para la tribu de las sirenas, no hay distinción de género y las que llevan las marcas rojas son capaces de concebir...
―Probablemente tengo sangre de sirena y... puedo dar a luz. ―El nervioso An Chang Qing se tocó inconscientemente el abdomen y finalmente reveló su secreto: ―Estoy embarazado de casi cuatro meses. Madre, estás a punto de convertirte en abuela.
Lady Yu pareció entender en parte lo que oía pero también en parte no podía entenderlo. Miró a An Chang Qing con una expresión inexpresiva en el rostro.
An Chang Qing pensó que necesitaba tiempo para digerir la información, así que se quedó callado y esperó. Después de un largo rato, Lady Yu dejó escapar un profundo suspiro y dijo: ―¿Es cierto? ¿Afectará a tu salud?
Le indicó que se levantara y le miró el vientre. ―Ya han pasado cuatro meses, pero no pareces mostrar ningún síntoma. ¿Es posible que el médico se haya equivocado? Cómo es posible que nuestra familia sea portadora de la línea de sangre de las sirenas...
Lady Yu recordó de repente que no sabía nada de sus padres biológicos ni de su linaje. Pensó profundamente y finalmente suspiró con culpabilidad: ―Esto es culpa mía, yo he provocado esto. ―Como provenía del burdel, sus hijos eran frecuentemente condenados al ostracismo por ello y ahora, debido a su desconocida línea de sangre, su hijo mayor era claramente un hombre pero se había quedado embarazado...
―¿Cómo puede ser culpa tuya? No estaría aquí si no me hubieras dado a luz. ―An Chang Qing vio su mirada de culpabilidad e intentó consolarla. ―Aunque al principio fue demasiado repentino e increíble, he llegado a creer que este niño es una bendición.
―Wangye también siente lo mismo, ¿no es cierto? ―An Chang Qing miró hacia Xiao Zhige y le hizo un guiño.
Xiao Zhige inmediatamente respondió positivamente, ―Así es. Este niño lleva la sangre de Nuo Nuo y la mía, estamos deseando tenerlo. Es sólo que un hombre concibiendo es algo inaudito, así que sólo estamos comprobando si madre tiene algún conocimiento de esto.
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Fritillaria - Majestad
RomanceAn Chang Qing temía a su esposo, el Señor de la Guerra del Norte que se rumoreaba que era temperamental y violento. Solo hasta su muerte supo que el hombre le había dado toda su ternura.﹝🍑﹞ ═════════════════════━━ ❝✺❞ ᴸᵃ ᵃᵐᵃᵈᵃ ᵉᵐᵖᵉʳᵃᵗʳⁱᶻ ᵈᵉˡ ᵗⁱʳᵃⁿᵒ...