Capítulo XVII: Agua Siestas

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"Mi casi hermana, ¿cómo olvidarte?"

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"Mi casi hermana, ¿cómo olvidarte?"

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La noche había caído sobre el motel, y la chaqueta de Nora no estaba sirviendo para nada a la situación de hipotermia que estaba por desarrollar. Repasaba la venda en su mano con su dedo índice cuando alguien la hizo girarse.

- Tiendes a lastimarte muy seguido, ¿no? - Dijo el chico, sentándose junto a ella sobre la mesa de picnic.

- Sólo cuando me encuentro con robots de metal o me atacan profesionales de las artes marciales-. Recapacitó. - Lo cual... últimamente es bastante seguido -. Gar le alcanzó una bolsa de hielo. Largó un pequeño quejido cuando el frío entró en contacto con su piel. - Auch -. El silencio volvió a tomar el ambiente, pero Nora no pudo evitar romperlo (sí, tenía una relación "amor odio" con el silencio).- ¿A ti te duele? Cuando... te transformas-.

Gar lo pensó. - Cierra los ojos -. Se acercó más a ella, logrando que la pelinegra alzara una ceja cómo advirtiéndole que cuidara lo que estaba por hacer. - Tranquila, no haré nada raro -. Nora alzó ambas cejas; él se convertía en un tigre verde, todo lo que hacía calificaba cómo raro. - Bueno, no TAN raro -. Gar largó una pequeña risa.- Ahora cierra los ojos, y respira profundamente -. Nora le hizo caso, dejando el hielo de lado.- Ahora imagina que corre electricidad por todo tu cuerpo... No duele, sólo se siente cómo si te hubieran conectado a algo -. 

Nora imaginaba cada acción, cada sensación, todo con detalle. Podía sentir las palabras de Gar recorrer su columna; no sabía si se trataba de la profundidad de su voz (que por primera vez había escuchado), o por la intensidad con la que pronunciaba cada frase.

-  Luego te sientes fuerte... muy fuerte... Y cuando respiras es cómo si respiraras todo el mundo... ¿Lo sientes? - La muchacha mantenía sus ojos cerrados, pero aun así asintió. - Con toda esa fuerza quieres correr, saltar, y romper cosas... puedes hacer lo que sea.  Quieres rugir-- No por ira, pero porque... quieres dejar todo salir. Así que... ruge-. 

La pelinegra entreabrió un ojo. - ¡Roar! - El grito, de volumen bajo, salió acompañado de una risa. Gar la imitó. - Si, sé cómo se siente...- Volvió a examinar el hielo, su sonrisa desvaneciéndose poco a poco. Se sentía bien pensar en algo positivo... por un rato al menos. - ¿Debería agradecerte a ti por esto o a mi hermano? -

- Bueno, él me pidió que me asegurara de que estuvieras bien. Pero ...fui yo quien sacudió la máquina de hielo para que funcionara. Así que...- Se encogió de hombros. - está a tu criterio -.

- Puedes decirle que estoy bien -. Dijo firme, pero sin perder el buen humor. - Puedo tomar un golpe... o dos -. Pasó el hielo a su mano vendada, que idiotamente había utilizado para golpear a Dick.

- ¿Ventajas del "entrenamiento militar"? -

Nora alzó la vista ante el comentario.- Algo así -. Sintió que debía elaborar. - Mi auricular emite una vibración que calibra mis oídos a la misma frecuencia que los sonidos. Pero... cuando lo apago... no escucho nada. Todo se vuelve calmo-- pacífico incluso. Así puedo centrarme en una cosa a la vez, no perderme en lo que está pasando alrededor -. No pasó mucho antes de que sintiera que había compartido demasiado. - Además, sirve para silenciar a la gente cuando ya no quiero escuchar sus estupideces -. Dijo con sarcasmo y se paró. - Iré a ver cómo está Rachel. Lo que le pasó fue peor que un par de golpes -.

Rugidos Sordos [Gar Logan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora