Rugidos Sordos [Gar Logan]

Capítulo XIII: Nirvana

"Sí que eres un geek, ¿eh?"

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-Woah, ¿tu vives ahí?- La voz de Rachel hizo que Nora centrara su mirada en la casa frente a ellos. Era grande, sí, pero parecía destruida; abandonada, incluso.

Gar sonrió, orgulloso. - Cool, ¿eh? - Se giró hacia la pelinegra, buscando alguna señal de estar impresionada.

- Meh -. Se cruzó de brazos con una mueca sarcástica, quitándole la sonrisa de la cara al muchacho. Ella había tenido su porción de lugares mugrientos, pero nada podía sorprenderla luego de haber vivido la mayor parte de su infancia en la mansión Wayne. Trust issues o no, su vida en esa casa sí había estado llena de lujos. - Pero estará bien para descansar -. 

Sin quedarse a admirar mucho las fachadas de la construcción, las dos chicas siguieron a Gar hasta la parte trasera del edificio. Frenaron frente a una escalera cubierta de nieve, que bajaba directo hacia un sótano.

El de cabello verde hizo una seña para que comenzaran a bajar.

<< Él no cree que yo iré por ahí, ¿verdad? No puede pensar que soy tan tonta. >> Su cara reflejaba sus pensamientos con tal exactitud que Gar no necesitó más que mirarla para tomar el liderazgo y entrar por su cuenta. Era su casa, después de todo.

Nora miró por sobre su hombro antes de seguir los pasos de Rachel bajando los peldaños.

Al llegar al final, el chico abrió la puerta (una que sólo dejaba ver oscuridad al otro lado), invitándolas a pasar. Sin hesitar, Rachel dio un paso hacia adentro, y cómo reflejo Nora la siguió, apretando sus puños lista para fuera lo que fuera.

 ¿Era ese su fin? ¿Saldrían ahora monjas asesinas de entre las sombras para devolverlas al convento y hacer lo que fuera que planearan con ellas? ¿Gar las atacaría por la espalda comiéndoselas vivas?

- ¿Qué es este lugar? - Rachel se adelantó a su pregunta.

- Yo lo llamo...- Oyó Nora a sus espaldas. - Nirvana -. Encendió las luces, dejando ver un paraíso para cualquier gamer... o nerd.

Tanto Nora cómo Rachel miraban alrededor, incorporando todos los distintos elementos, y acostumbrando sus ojos a la radiante luz que emitían el televisor gigante y todo el resto de los juegos y luces led. - Carajo...- Murmuró la pelinegra en un suspiro. Jamás había visto una cantidad tan grande de banalidades en un mismo lugar.

Gar dejó su mochila de lado, sobre uno de los sillones color terracota, y pasó junto a las chicas. - ¿Quieren algo de beber? ¿Una soda? Tengo de todo. - Se acercó a la barra, posando una mano sobre la manija del refrigerador. - ¿Rootbear, naranja, de uva? -

- De uva -. Rachel se apresuró a responder, mientras la otra analizaba los posters colgados en la pared. En poco tiempo la bebida estaba entre sus manos.