Capítulo XX: Señorita Grayson...

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"Nos protegeremos, ¿cierto? Porque

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"Nos protegeremos, ¿cierto? Porque... es lo que hacen lo amigos."

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El Ferrari negro, un auto eléctrico de primera, hacía tan poco ruido que nadie los oyó salir. Estando Nora al volante, ninguno de los dos que la acompañaban creían que eso fuera posible. 

Sorprendentemente... ella no era tan mala conductora. De hecho, gracias a que esquivaba todos los pozos y mantenía una velocidad razonable, Rachel cayó dormida en el asiento trasero luego de media hora de viaje. El GPS del auto y la computadora integrada que este tenía, fueron las herramientas perfectas para que Gar pudiera localizar el manicomio al que Adamson se refería.

- Sabes, entrar en el teléfono de alguien sin permiso es un crimen -. Dijo ella, mientras intentaba concentrarse en el camino (algo que se le dificultaba profundamente, pero que hacía con tal de mantener a los pasajeros a salvo). - Invasión de la privacidad... o algo -.

Gar largó una risita. - Dice la que robó un auto -. Devolvió el chico.

- Aun así, Dick te va a matar -. Continuó la pelinegra. Y entonces le cayó la ficha de lo que hacían. Abrió los ojos cómo si fueran los focos del móvil. - Mierda... Dick ME va a matar -. Frunció el ceño, apretando fuertemente el volante.

El de cabello verde se encogió de hombros. -Yo te protegería -. Miraba por la ventana, cómo si su comentario hubiese pasado desapercibido. - Digo, Rachel y yo... te protegeríamos -. Se corrigió, ahora rogando porque su comentario hubiese pasado desapercibido.

Pero no había pasado desapercibido. - ¿Lo harían? - Comentó por lo bajo, sin poder creerlo. No se conocían desde hacía mucho, después de todo.

- Claro... para eso son los amigos, ¿no? - Sonrió, ahora mirándola. Nora intentó ignorarlo mirando de nuevo al frente. - Además, si eso no funciona... ahora tenemos un auto. Podríamos escaparnos y nunca nos encontrarían -. Relataba la fantasía como si se tratara de una aventura milenaria, digna de un cuento de hadas. 

Nora reprimió otra sonrisa, viendo la enorme construcción de cemento a lo lejos. La oscuridad y la niebla le dificultaban divisarla por completo, y sin embargo el miedo ya estaba llegando a ella.

Aparcaron el auto a doscientos metros del edificio, y caminaron entre las sombras hasta llegar lo más cerca que podían al establecimiento.

- Intentemos la entrada sur lejos de los guardias... - Dijo Nora, luego de hacer un breve reconocimiento de su situación. - No creo que sea muy seguro pero... - 

- ¿Pero qué? - La interrumpió Rachel, con algo de escepticismo en su voz; ¿no podían retirarse ahora, cierto?

Nora y Gar conectaron sus miradas, y el chico dijo exactamente lo que ella pensaba. - Llegamos hasta aquí, ¿no? Sería estúpido volver ahora -. Grayson sabía que tenía razón. Pero no podía evitar querer que Rachel se retractara en ese mismo momento; ir por unos batidos y volver a la casa de seguridad como si nada hubiese pasado. Tenía un mal presentimiento.

Rugidos Sordos [Gar Logan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora