Capítulo XIX: Toc Toc

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"Garfield

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"Garfield... me sorprendes"

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- Una palabra de Rachel y le estamparé el bate en la cabeza, fácil -. Nora se encogió de hombros, llamando la atención de todos en la sala.

Los miembros de la Alianza tenían una reunión en el comedor del apartamento. La luz ya no era tan brillante en la casa de seguridad, y aunque la hora de dormir se acercaba, el Dr. Adamson acababa de despertar de su larga y dolorosa siesta.

Y traía noticias; no hablaría con nadie que no fuera Rachel.

Nora, acompañando la decisión de su amiga de hablar con el loquito, intentaba convencer a Dick de que la dejara hacerlo. Incluso si eso significaba utilizar el bate para más que bolas de beisbol o platos de porcelana.

- ¿Ves? - Señalaba Rachel. - Por favor, Dick... -

Tomándose el mentón y mirando el suelo, analizando la situación, Dick se dignó a responder: - Bien. Cinco minutos -.

Rachel prácticamente corrió al baño, entrando sola, pero siendo seguida de cerca por la joven Grayson. - Grita si necesitas ayuda -. Le advirtió la pelinegra antes de que la de cabellera azul cerrara la puerta.

Minutos y más minutos pasaron, haciendo que Nora se volviera loca y más loca. Pensaba que no podían haber recorrido todo ese camino lleno de peligros y personas psicóticas para que todo saliera mal en un baño con un anciano.

Y cómo no, la suerte jamás podía estar de su lado.

Un grito proveniente del cuarto la hizo tomar el bate que se encontraba a su lado, reposando contra la pared. En un brusco movimiento abrió la puerta, pero lo que se encontró la hizo soltarlo tan rápido como lo había agarrado.

- ¡Rachel! - Se acercó a la niña, cubierta de sangre. Tomó sus manos alejándola del hombre que, de alguna manera, volvía a la vida. En el proceso, sus mangas también se cubrieron de rojo. La de cabello azul tartamudeaba, espantada comenzó a arrodillarse en el suelo. - Tranquila, sólo mírame... Rachel, mírame -. Logró que la otra quitara la vista de sus manos, sentándose en el suelo junto a ella. - Estás bien... - Intentaba convencerse también a ella misma; trataba que su impresión de terror no se notara demasiado. Y si eso no la delataba, tal vez el latido de su corazón acelerado lo haría.

-Yo lo... curé... - Habló por lo bajo.

El hombre sólo sonreía. - Tú sanarás el mundo...- Dijo, haciendo que el miedo le recorriera a Nora cada nervio. La carcajada que siguió fue peor.

En sólo segundos la puerta volvió a abrirse de golpe. Dick entró, viendo la escena. Al recibir una mirada de, "estamos bien" por parte de su hermana (algo que no era del todo cierto), desvió sus ojos hacia el anciano. El castaño había sido seguido por el resto de los integrantes del equipo. - Gar, llévatelas de aquí -. Ordenó al muchacho, mientras Kory daba un paso al frente. Ambos apretaban sus puños.

Rugidos Sordos [Gar Logan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora