Rugidos Sordos [Gar Logan]

Capítulo XXII: Exit

"Friamos a estos hijos de puta."

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- Está aquí, puedo sentirlo -. Dijo Rachel. Y, habiendo aprendido de todas sus otras corazonadas, le hicieron caso.

Rachel y su madre lograron abrir la puerta con ayuda de un barrote de metal, mientras Gar sostenía a Nora colgando de su cuello. Él la arrastró habitación adentro, y se arrepintió al instante.

- ¿Dick? - Nora podía ver una mancha borrosa. Un cuerpo sobre una silla de tortura. Una mirada perdida. Se soltó del agarre de Gar para llegar junto a su hermano. Acarició su mejilla con una mano, sosteniéndose con el apoyabrazos del asiento. Mientras tanto, sus amigos desataban al Grayson mayor. - Vamos Dick, debemos encontrar a Kory y salir de aquí... - Frunció el ceño cuando no hubo respuesta. - ¡Dick! - Exclamó, casi enojada. - ¡Despierta! - Empujó su hombro. Ninguna respuesta. - ¿Qué le sucede? - 

Los de cabellos de colores compartieron una mirada de preocupación a espaldas de la muchacha. - Deben haberle dado drogas -. Intentó ayudar Gar.

- Quizás lo quebraron, Rachel -. Habló la mujer, Angela.- Hacen eso aquí... -

Sus palabras cayeron pesadas en el interior de la pelinegra. De pronto sintió todo su cuerpo más pesado y duro. No podía moverse. No podía pensar. Solo podía oír el latido lento del corazón de su hermano. Cerró los ojos. No podía verlo en ese estado.

- Dick... sé que estás ahí -. Su voz comenzaba a quebrarse, pero debía seguir. - Soy yo, Nora, tu hermana. O bueno, eso quiero ser. Pero para que ser mi hermano debes cumplir tus promesas; y prometiste que no me dejarías -. Suspiró. La mirada del otro no cambiaba. - No me dejes esta vez, Dick. Te necesito... - Susurró. -Lo--lo prometiste... lo prometiste por mamá -.

Un largo silencio se produjo. Ninguno de los otros tres podía mirar la escena. Rachel aguantaba las lágrimas, Nora podía escuchar la respiración agitada de Gar. Aun así, no abrió los ojos. No hasta que sintió una mano en su mejilla. - Si, lo prometí por mamá -. Dick sonrió, y ella se contagió.

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Llegaron justo a tiempo. Dos segundos mas y Kory hubiese tenido cuatro dedos en una mano; algo que tal vez la hubiese hecho parecer más a los alienígenas de las películas.

- Manten la vista en la puerta -. Dijo Dick a Angela, mientras entraba deprisa a noquear a los doctores que trabajaban en la de cabello fucsia.

- ¡Suenen la alarma! - El grito de uno de ellos fue rápidamente seguido del sonido ensordecedor de la alarma.

Nora pudo sentir como si una espada estuviera atravesando su oído derecho y saliendo por el izquierdo. Ya de por sí le costaba mantenerse en pie por si sola, y el pitido solo empeoró su situación; se tomó la cabeza, agachándose en el suelo. Se asemejaba mucho a lo que había sentido en casa de Hank y Dawn, con el grito demoníaco de Rachel.