Derek Hale

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- Perdí a papá - sollozaba una pelirroja con las piernas pegadas al pecho mientras miraba por la ventana la lluvia. Charlie Martin había sido cruelmente asesinado.

- Kat - murmuro el ojiverde acercándose a ella sigilosamente, la habitación era un desastre, sobre la cama estaban todas las frazadas desordenadas, en el piso habían hojas sueltas de distintos dibujos hecho por la ojiazul, cuadernos y ropa esparcida. Era un desastre. 

- Vete - susurro, escondiendo su rostro entre sus piernas. 

- Kat, yo lo siento tanto...

- Vete Derek, no quiero verte - el chico dio un paso atrás herido - no quiero ver a nadie. 

- No te dejare sola - insistió - eres... eres mi amiga - dijo siendo lastimado por aquella frase que le costaba tanto pronunciar.

- Por favor Derek, quiero estar sola. Solo quiero... - las lagrimas comenzaron a descender nuevamente por el rostro de la chica y miro a Derek suplicante. Al verla de esa manera, con sus ojos azules, tan hermosos para el, llorar, Derek se sintió impotente. - Solo quiero a mi papá, y eso es algo que nadie puede darme en este momento. 

- Kat yo...

- Vete ya - pero ahí continuaba el chico -  no me entiendes Derek, tu tienes a tu enorme familia. Yo solo lo tenia a el. Tienes una madre asombrosa  - Derek aparto la mirada - tu familia es maravillosa. 

- Déjame acompañarte.

- ¡¿Es que no entiendes?! - exclamo harta, sabia que no era la manera, pero necesitaba estar sola y el parecía no entenderlo - vete.

Sin decir nada, Derek asintió y salió de la habitación de la pelirroja con la cabeza agachada.  


Desde ese día, la pelirroja se tuvo que ir a vivir con sus tíos y su prima, en la preparatoria comenzó a ignorar a Derek, se sentía culpable por como lo había tratado. 

Mayormente pasaba tiempo junto a la tumba de su padre. Llevaba libros y podía pasarse las tardes enteras  leyendo ahí. 

Vio a Derek junto a una chica cuyo nombre era Paige, asique su idea de acercarse a el nuevamente se desmorono. Ya no tenia porque hacerlo, se le veía bien y no quería que el se diera cuenta que ella no estaba bien. 

La salud de su abuela materna, cuyo nombre era Gladys empeoro, la mujer que ya tenia 69 años de edad, se había caído en su casa y estaba delicada, por ello decidió irse a Londres, para hacerle compañía a ella. Pensó que no seria lindo irse como si nada y no decirle nada a Derek, así que escribió una carta. 


Querido Derek Hale:

Siento mucho tratarte de esa manera, no te lo merecías, nadie se lo merece. Tu solo querías ayudarme y ahora lo entiendo, pero yo no la estaba pasando bien, ni la he pasado bien desde lo de Papá, tu amistad es algo que valorare mucho, siempre te recordare y ansió el día en que podamos bromear con naturalidad.

Me tengo que ir, mi abuelita Gladys esta mal y la verdad, yo también. 

Necesito hacer esto, eres mi amigo y te quiero mucho. 

No te olvides de mi nunca, por favor. 

Con cariño.

Kat. 

No se atrevería a entregarle esa carta a Derek, por lo cual se la paso a Peter, en su inocencia ella creyó que el se la daría, pero todos sabemos como es Peter, el no le dio la carta a Derek.

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