XXIII

881 64 20
                                    

Posesivo –XXIII

Mire a Harry y este solo me dio una mirada nerviosa mientras sonreía tímido. Mi mirada se dirigió a la chica frente a mí que me había esquivado tan solo para saludar penosamente a Harry. Su cabello era castaño al igual que sus ojos, de piel pálida y algo más alta que yo, quizás unos cinco centímetros más. Por su cuerpo y manera de vestir pude deducir que era modelo. Un cuerpo delgado con una figura bien pronunciada y con tantas curvas que te perdías, alta sin contar las botas negras de aguja con unos diez centímetros de altura. Una manicura perfecta y un maquillaje más que profesional que combinaba con el vestido negro más arriba de las rodillas y sobre este, una chaqueta del mismo color un poco más larga, que estaba abierta. La chica pudo sentir mi mirada detestable y se giró para encararme, en este momento me encontré consternada.

–Hola, soy Jenner... Kendall Jenner.

Un nudo bajó hasta mi garganta y la única reacción que obtuvo de mí fue una simple sonrisa tímida y sorprendida. –Ke–Kendall? –pregunté nerviosa.

Ella asintió. –Sí, ¿algún problema con mi nombre? –sonrió tratando de convertir sus palabras en chiste.

Negué con el nudo aún en mi garganta. –Selena Gomez. –me presenté. Mire más allá de ella y vi la media sonrisa que Harry esbozaba a sus espaldas.

Me volví a ella quien sonreía triunfante y entonces me acerqué a Harry, tomándolo de la mano.

–Oh...–dijo ella mirando nuestras manos y sonrojándose. –Son pareja. –comentó pero cierto desánimo se escuchó en su voz.

–Sí. –dije apretando más la mano de Harry. Este rio por lo bajo.

–Ella es mi prometida. –le aclaro Harry dejándola con la boca abierta.

–Los felicito. –Su voz fue la más falsa del mundo.

– ¿A qué se debe tú visita? –le preguntó Harry algo sorprendido.

–Oh, sí, eso...Llegué a la ciudad y decidí saludarte. No te encontré así que le pregunté a Niall... –todos miramos al rubio que saludaba con cierta sonrisa triunfante, a lo lejos. Saludamos con un simple movimiento de manos y volvimos al tema. –Entonces me dijo que estarías aquí. –suspiró.

–Sí. –dije entre dientes.

–Bueno, si nos disculpas, debemos irnos.

Harry le sonrió y se despidió con un simple beso en la mejilla. Me aleje hacia el otro lado del auto y moví mi mano en despedida. Harry le dio la espalda y cuando fue a abrir la puerta del piloto, ella lo tomó del brazo y le susurró algo que apenas logré escuchar.

–Necesito hablar contigo. –ella murmuró. Harry se soltó de su agarre con fuerza. –Déjame explicarte.

Harry no dijo nada, solo sostuvo un papel en su mano pero lo escondió en su chaqueta. Se giró hacia mí y miré hacia otro lado para ocultar lo que había visto. ¿Qué le había dado?

Subimos al auto y Harry lo encendió empezando a conducir mientras miraba por el retrovisor el rostro de la chica alejándose. Trate de disimular pero no me pude contener.

– ¿Qué fue eso? –dijo lo más graciosa posible.

–Nada. –El tono de nerviosismo se notaba en su voz. – ¿Podemos ir a mi departamento primero?

Asentí. –De hecho, no será más tu departamento.

Harry me miró confundido por un segundo y luego volvió su mirada a la carretera. – ¿Ah, sí?

–Sí. Quiero que te mudes conmigo.

Harry se detuvo a un lado de la carretera y me miró analizando lo que había dicho. Le sonreí y se acercó a mí con una gran sonrisa cuando entendió. Me besó como solo él sabía. Sus labios sobre los míos moviéndose y causando esas escalofriantes corrientes por todo mi cuerpo.

Se volvió a la carretera y al llegar a su departamento, saco todo lo que quedaba en cajas y las subió a su auto. Mientras, busqué en sus cajones todo lo que quedaba y lo deje en una caja aparte. Solo faltaba una foto de Harry y Gemma en Disney. Harry sonreía hermosamente haciéndome suspirar. Deje la foto en la caja pero algo cayó de esta. Otra foto, la de una chica castaña y blanca. Detrás llevaba una inscripción.

Querido Harry,

Amor de Mi vida, seré siempre tuya... Kendall.

Baje la mirada y limpié una lágrima de mis ojos. Ella fue su novia, ella lo amo y él a ella. ¿Por qué nunca me contó esto?

– ¿Qué pasa? –preguntó Harry entrando a la habitación y deteniéndose al ver la foto en mis mano. El negó y me la quitó de las manos. –El pasado es pasado, ella ya no es nada para mí, me lastimó y ahora estás tú.

Beso mis labios y guardo la foto en sus vaqueros. Tomo la última caja y bajamos a su auto. Todo el camino regreso a casa fue callado, como rara la vez.

Llegamos a casa y entre rápidamente mientras mis botas sonaban una y otra vez contra el suelo de madera, arrojé mi abrigo al sofá de terciopelo blanco y camine a nuestra habitación. –Espera... –dijo Harry colocando la última caja en el suelo. Lo ignoré y continué caminando. –¡Espera!

Me tomo por el brazo y me detuvo pero me solté de su agarre y subí a nuestras habitación. Harry me toco para detenerme de nuevo pero me apresuré y cuando llegué a nuestra habitación la cerré de un portazo.

–Abre...– pedía.

–No.

– ¡Abre! ¡Vamos, Selena! Abre...

–No.

– ¡Abre! Rayos, Selena! Por favor. –rogó,  me di por vencida y no le contesté, en pocos segundos escuché sus pasos subiendo la escalera.

Harry la abrió con su llave de repuesto y entro, sentándose en la cama.

– ¿Por qué nunca me dijiste sobre ella? –pregunte con mi rostro hundido en la almohada.

–Ya te lo dije, ella me lastimó y no me gusta hablar sobre el Pasado, menos sobre ese. –contestó.

– ¿Qué pasó? –pregunte sentándome.

–Ella se fue, yo...la amaba o eso creo, creía que ella a mí pero después de seis meses de novios, se aterrorizó cuando iba a conocer a sus padres y ese mismo día, solo se fue. No sube porqué ni nada de ella otra vez.

–Hasta hoy...– concluí y el asintió.

Harry se levantó y su teléfono sonó. –Sí. No puedo. No, lo haré. ¿Cuál es la dirección? Está bien. –colgó. ¿Con quién hablaba? ¿Debería confiar en él? La última vez que no lo hiciste, casi muere. –Pensé. –Confiaré.

–Debo salir. ¿No te importa? –pregunto colocando su abrigo sobre sus hombros. Negué y me encogí de hombros.

–No, eres libre de hacer lo que quiera. –dije de mala manera.

–Tengo algo que hacer...– beso mis labios y salió de la habitación.

¿Ahora cuál era su secreto?

Posesivo |H. S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora