Posesivo |H. S.|

XX.

POSESIVO –  XX.

Ese había sido mi fin. Mi respiración se cortó a penas sus palabras llegaron a mis oídos causando que mi corazón al igual que mi aire, se detuviera. Me costaba respirar, no sentía los brazos y las piernas, solo sentía la madera dura del gabinete en el centro de la cocina, rozar con mi espalda mientras mis pies se deslizaban por el suelo hasta quedar completamente sentada. Trate de tomar aire pero me di cuenta, de que no había. Todo se veía en cámara lenta, hasta que los recuerdos de mi madre invadieron mi mente como estrellas fugaces que pasan frente a tus ojos.

*

– ¡Selena!– una suave voz se escucha a lo lejos, es...mi mamá, me despierto, obligándome a abrir mis ojos. Así que me levanto y bajo en pijama a la cocina, haciéndome la enferma me siento en una de las sillas y subo mis pies acomodándolos en el tubo inferior de la silla

–No quiero ir, estoy enferma– dije malhumorada.

– Selena, debes ir, sé que no te gusta cambiar de casa, pero no es excusa– hice una mueca de disgusto

–Es que nos hemos cambiado 2 veces con esta– hizo un bufido. – ¡Lo sé! pero ya te acostumbrarás...

*

Sonreí ante el recuerdo. – Aun no me acostumbro.

*

Al llegar a mi casa emocionada porque el chico lindo me había invitado a salir o algo así, mi madre me mira extrañada – ¿Por qué tan feliz, creí que no querías ir a la escuela?– pregunta. Estoy feliz. Ni las preguntas más incómodas de mi madre, cambiarán mi estado de ánimo.

–Nada madre, ¿Qué no se puedes sonreír después de un día de escuela?– dirigió su destellante mirada a mí y la volvió al refrigerador para liego tomar algo, e irse a su habitación con una gran sonrisa. Que sospechoso.

*

– ¿Dónde estabas hija? estábamos preocupados por ti– Dijo mi madre tomando mi brazo.

–Estaba con Niall. –  la miré enojada y me solté de su agarre. Ella no tiene la culpa Selena. Odio cuando mi subconsciente tiene razón. Le conté todo lo que había pasado con papá, con Niall a mi lado subiendo y bajando su mano por mi espalda.

*

– ¿Dónde está Niall? ¿Dónde está mamá?– pregunté levantándome de la camilla.

–Las cosas pasan por un...– negué con la cabeza y comencé a despegar los cables de mi cuerpo.

– ¿Dónde está?– grité desesperada antes de salir de mi camilla.

–Él... Él recibió un fuerte golpe en la cabeza y...es–está en co–coma.

*

–Vamos– Le dije

– ¿No quieres desayunar?– Me preguntó un poco rara.

–No, estoy bien.

–Te noto rara ¿qué tienes?– Preguntó

–Nada. Llevaré dinero– ella negó malhumorada y yo solo bufé –A comer se ha dicho– tomó un poco de leche del refrigerador, mientras yo me sentaba en las altas sillas frente al mesón, procedió con un tazón, agarró mis cereales favoritos. Los famosos Frut Loops. Y con todo en sus manos, los colocó en el mesón y comenzó a servirlo.

–Aquí...esta– dijo colocando frente a mí el tazón de cereal.

–Gracias mamá– reí.