Posesivo |H. S.|

I

1 año después...

Ya terminé mi segundo semestre. Decidí aceptar la beca en Julliard y cumplir mi sueño, pero también continuar estudiando otra carrera, así que elegí Cinematografía en Stanford, todo ubicado en Nueva York.

La vida aquí es agitada, Los Ángeles no se comparan con Nueva York, hay gente por todos lados, edificios que te causan dolor de cuello, hermosos lugares. Y la gran manzana. Esta te quita el aliento.

Pero después de un año aquí, te acostumbras. Durante este tiempo, estuve en contacto con mi madre y con Brian.

Eleonor, Danielle y Perrie vienen siempre que pueden. Ellas me han hecho olvidar, aunque Harry siempre estará ahí. De él no he sabido más, sé que aceptó la beca y he escuchado hablar por los pasillos de Julliard rumores.

''¿Has visto al chico nuevo de rulos? Es tan lindo''.

''Ese idiota nuevo se está robando a mis chicas, mejor que se aleje''.

''El chico de rulos baila muy bien, lo hace ver más caliente''.

''Desearía que ese chico estuviese entre mis piernas, el de rulos, ese que es nuevo''.

''Ese chico nuevo, Harrison—Harris—Harry, es increíble. Es uno de los mejores que he tenido''.

Pero nunca, ni por error, nos hemos encontrado. Parece como si fuese un fantasma sólo para mí.

Ya me considero alguien independiente, tengo mi propio apartamento y claro, mi propio trabajo.

—A la 3ra de Madison con Broadway— le digo al conductor del taxi. Las chicas y yo no hemos sido separadas del todo, Demi y Miley se han mudado al mismo edificio que yo. Y siempre están en mí apartamento. Esperando a que yo llegue, para darme un abrazo y preguntarme como fue mi día.

El taxi se estacionó frente al edificio donde vivo y me bajé pagando por sus servicios. Entre saludando a Steven, el portero y este me sonrió.

Pulse el botón, esperando al elevador y cuando llegó pulse el piso 15.

Algo alto ¿no? Lo sé, pero la vista es hermosa.

Al llegar al piso el ascensor abrió sus puertas, dejando visible el pasillo de dos puertas que conducían a diferentes lugares.

Saqué las llaves de mi bolso, pero antes de poder introducirlas, la puerta se abrió dejando ver a mis cinco amigas con los brazos abiertos.
Sonreí y les salté encima, abrazándolas a todas, me aleje y deje mis cosas en el sillón, cayendo rendida.

Después de mí, las chicas.

—Fue un largo viaje— dice Perrie y Eleonor asiente.

—Todo por ti— me señala Danielle con una sonrisa y reímos.

—Lo sé, pero yo no sabía nada— digo en mi defensa.

Las chicas niegan y cambian de tema, pero yo ignoro totalmente su conversación, estoy demasiado ocupada pensando.

He tratado de olvidar pero me es imposible. Quiero saber ¿Cómo está? ¿Qué ha pasado en su vida? Quisiera estar ahí para él, que me diga ¿Por qué? Y todo estará arreglado, lo necesito, aquí a mi lado.

Desde que entre en Julliard no he parado de pensar en las posibilidades de que él se tropiece conmigo, o nuestras miradas se encuentren, no sé qué haría si fuese así. Lo extraño tanto, no sentir su cálida piel, sus suaves labios, esos ojos esmeraldas que me miraban con intensidad cada mañana. Pero no todo puede tener un final feliz ¿no?