02 Cachorro

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Enid Sinclair

—¡Maldita Sea! Por favor cállense de una vez.—  les gruñí a mis tres hermanos mayores que no dejaban de reír por estupideces, se sentía como si tuviera una puta bocina junto a mi cabeza. —Tranquila hermanita, que lo peor esta por venir.— dijo Alastor riendo entre dientes. Gemí frustrada tapándome los oídos de sus incesantes parloteos. Apenas llegamos salte del automóvil, quería alejarme lo más pronto posible de ellos, sin embargo, en cuanto puse un pie en el lugar un fuerte dolor de cabeza me azoto mientras las arcadas se hacían presentes en mi garganta. 

Tantos olores y sonidos eran un infierno.

Mi hermano Lex me tomo con fuerza del brazo y me aventó dentro del auto de nueva cuenta mientras me abría la boca para lanzarme una pastilla. Apenas enfoque mejor mi vista ellos me vieron entre sorprendidos y preocupados, pero la pena era mucho más visible. —Ahora hermanita, empieza tu entrenamiento sobre como ser un lobo.— me frote la cabeza antes de verlos con evidente molestia, yo sabia perfectamente como era ser un lobo, no importa si me enlobe a des tiempo. —No dudamos en que sepas hermanita, pero escucha.— fue Felix quien dijo eso con una sonrisa tranquilizadora en los labios. —

—La mayoria de cachorros se enloban antes de los 70 años, que en edad humana seria parecido a los 7 años de edad, tu te extendiste casi 50 años más entonces vas aprender ahora todo lo que no aprendiste de niña.— dijo Alastor antes de buscar algo en su mochila y dejaba que Lex prosiguiera. —Después de nuestra primera transformación nuestros sentidas se vuelven mucho más agudos, por lo mismo se nos entrena desde cachorros para aprender a controlarlo y así solo oler o escuchar únicamente lo que deseamos.— yo gemí desesperada.

¿Como voy a sobrevivir estos cuatro meses? —Se lo que piensas hermanita, tranquila que tenemos una forma para ayudarte.— mis pensamientos fueron interrumpidos con la voz tranquila de mi hermano y un nuevo aroma inundaba el auto, era de mi hermano pero transportaba algo más, algo relajante e incluso hogareño. ¿Como supe eso? ¿Siempre ha sido así?

—Estas pastillas deberás de tomarlas únicamente cuando sientas que no puedes soportarlo como ahora, apagaran todos tus sentidos de manera superficial como alrededor de 2 horas, se reducirán y eliminaran los síntomas.— me entrego tres frascos. —También, logramos tomar esto del cuarto de madre sin que se diera cuenta; este collar te ayudara a controlar tus sentidos super desarrollados.— vi el collar en su mano con una mueca. Era lindo, dorado y tenia una extraña insignia de un lobo aullando al frente. —Te recomiendo que te lo quites por las noches para que empieces a practicar, por las noches no hay tantos ruidos y los olores son más suaves, deberás aprender acoplarte sin el collar y esa es la mejor forma de comenzar.— dijo Lex feliz mientras Alastor me entregaba el collar.

—Si madre tenia todo esto y sabia lo que pasaría, ¿Porque no me lo dio ella misma?— yo sabia perfectamente como era madre pero no fue suficiente para evitar el pinchazo de dolor que se apodero de mi interior. Vi a mis hermanos tristes mientras esquivaban mi mirada, solo Alastor me miro antes de tomar una de mis manos y contarme la verdad. 

—Madre quiere que aprendas de manera rápida a controlar tus sentidos, sin esto terminarías por frustrarte terriblemente y eso haría que tuvieras más razones para aprender rápido.— me dio tiempo para entender las palabras, aprendo por las buenas o aprendo por las malas, el prosiguió.—Ella quiere que aprendas para poder... bueno, ya sabes que busca hacer. Al haber tardado demasiado madre cree que cuando entreguen los resultados de tus análisis se determine que seas omega y por eso ella quiere...— gruñí molesta. Todos mis hermanos eran betas y al parecer ya todos asumieron que yo no podría ser beta por haber tardado demasiado, entonces solo quedaba omega, porque ser alfa nunca lo podrían imaginar. —Pero hey, si se determina que eres beta no habrá problema, así que no te alteres por eso todavía y mejor deja te pongo el collar.—

Ligadas Por La Sangre Y La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora