Ligadas Por La Sangre Y La Luna

12 Luna Azul

Enid Sinclair

Fueron los tres días más emocionantes y estresantes de mi vida, es increíble lo mucho que aprendí sobre estas personas en poco tiempo, después de aceptarme el collar y las pastillas se volvieron inútiles por lo que mejor decidí entregarlo de vuelta a mis hermanos.

La compañía de merlina ese día evito que fueran como locos y llamaran a mis padres, se limitaron abrazarme mientras me felicitaban, después de una amenaza mortal Merlina se retiró y ellos me llevaron a un lugar lejano dentro del bosque, dijeron que tenían algo importante que decirme, aún recuerdo ese día.

—¿Para qué me trajeron aquí chicos? — pregunte algo desorientada, ellos se veían muy emocionados y a mí me pusieron muy nerviosa, podía ver a los tres frente a mi cada uno justo en los puntos cardinales. Alastor estaba apuntando hacia el sur, Lex hacia el oeste, Félix el este y yo me encontraba hacia donde está el norte. —Déjense de juegos muchachos. —

—No tengas miedo hermanita, lo que te vamos a decir solo puede ser escuchado por licántropos, por eso no podíamos decirlo frente a Merlina. — me tranquilizo Félix tomando mi mano y un aroma suave floto sobre nosotros. Asentí en su dirección y me tragué mis nervios. —Cuando éramos cachorros y buscamos como locos en la biblioteca alguna razón que nos ayudara a entender porque no habías cambiado, nosotros encontramos un muy antiguo pergamino escrito en Griego y en Koiné — empezó a explicar con lentitud. Yo no recuerdo eso para nada.

—Estaba arrugado y maltratado, cubierto de tanto polvo y escondido en la parte más alta del estante tapado por completo por libros enormes. — continuo Lex, lo mire y el chico tenia ambas manos en las bolsas de su pantalón de manera despreocupada. —No entendimos para nada lo que decía así que fuimos con nuestro tío y nos advirtió no decirle a nadie sobre eso, nos aseguró que jamás nos dirían de que se trataba, él solo nos dijo que era una antigua profecía sobre el asesino de nuestro clan. — entre en pánico con las palabras de Lex, nuevamente la necesidad de resistirme se instauro en mi pecho.

—Sin embargo, cuando empezamos a estudiar aquí decidimos aprender Griego antiguo y logramos entender una parte de lo que decía, ni siquiera nuestro profesor en su momento pudo averiguar el resto. — me quede pensando en la probabilidad de que Merlina supiera, después de todo ella sabe muchísimas cosas. Alastor me dijo que posiblemente lo que está escrito allí me podría ayudar a entender la verdad del Oberstes Alpha y tal vez por fin perder el miedo. —Obviamente nosotros somos hablantes natos gracias a padre pero ya ni siquiera es un idioma que practiquemos como es debido, y jamás nos enseño Koiné.— concluyo.

—Está más que claro la razón del porque no cambiaste durante las vacaciones por más que lo niegues. Pero bueno ese ya es tu problema. Ahora escucha esto. — trague con fuerza ante lo que dijo mi hermano mayor, aún no puedo creer que era esa la verdadera razón de mi cambio. —Este año sin duda será toda una aventura. — gemí con descontento deseando tener un año tranquilo como los años anteriores. Pero no iba a pasar. —Parte de la profecía esta en Griego y otra parte esta en signos que, por lo que averiguamos, es una derivación de Koiné.—

No con Merlina aquí, no hay duda de que ella llego para cambiar mi vida de muchas maneras. Cuando noté el ceño fruncido pero divertido de mis hermanos me di cuenta que nuevamente habían aparecido las orejas y cola en mí, gemí frustrada porque no podía controlarlo todavía y menos cada que estaba cerca de mi compañera de cuarto.

—De acuerdo, escucha lo que estoy por decirte. — Alastor se cruzó de brazos y con un último apretón de mano Félix me soltó y puso las manos en su espalda. —Nuestro tío nos dijo todo lo que sabía después de meses de insistencia; y nos aseguró que todo lo que nos dijo jamás lo íbamos a poder encontrar en la biblioteca. Debido a que fue borrada de los registros después de que el ultimo Oberstes Alpha matara a la mayoría del clan, cegado por el odio y motivado por la venganza su mente se nublo y olvido quien era el verdadero enemigo. —