Ligadas Por La Sangre Y La Luna

17 Incendio

Enid Sinclair

Esa noche fue la más caótica hasta el momento. Merlina seguía anotando cosas en su libreta de las cuales no me quiso contar, me dijo lo que paso después de que me fuera y también cuando me desmaye. El celular era un callejón sin salida, existía la probabilidad de que existiera un cambia-formas así como alguien especializado en criaturas mitológicas, sin olvidar que él tiempo se agota.

—Merlina ¿No has tenido una visión sobre esto que pueda ser de ayuda?— estábamos acostadas en su cama viendo el techo. Por más que cerrara los ojos no podía dormirme, y la respiración tranquila de Merlina no me engaña, ella estaba secretamente preocupada por todo esto, pero era una terca que no iba admitirlo. —No Sinclair, no he tenido visiones.— me quede pensando en sus palabras antes de recordar algo. —¿Y si... tocaras el cuchillo crees que tendrías una...O tal vez si tocaras a Félix?— pregunte en un susurro y ella no dijo nada durante algunos segundos antes de girar su rostro tan rápido que me sobresalto.

Me levante de la almohada para recargarme en mi codo, —No aseguró que podría ayudar eso, pero podríamos intentarlo.— regreso a su posición inicial y continuo. —Ahora cállate Sinclair, necesito mis 6 horas de sueño, ya fue suficiente de que alteres mi horario.— sonreí feliz antes de acostarme de lado para darle la espalda y conciliar el sueño.

La respiración de Merlina se había calmado al igual que los sonidos de su corazón eran tan lentos que uno pensaría que estaba muerta, otro misterio que rodea a la familia Addams. Con los primeros rayos de sol unos golpes en la puerta de nuestra habitación me levantaron exaltada. Salte de la cama preparándome para atacar, gruñendo y con las garras afuera, note como dedos abría la puerta y se hacía presente Miss. Avocet con Emma y Olive detrás de ella.

—Oh querida, lamento interrumpir...— me calme de inmediato y camine hacia la puerta para permitirle el paso, Merlina había desaparecido en un segundo a una velocidad sorprendente. —No pasa nada, adelante, lo lamento creo que aún tengo algo de adrenalina por lo de anoche.— pasaron las tres perdonas y cerré la puerta con cuidado mientras le pedía con un susurro a dedos ir a ver a Merlina.

Merlina detesta que la vean en un estado que no sea 'adecuado' así que creo esa es la razón principal de su ausencia, después de todo ella aun debía hacer sus trenzas y la idea de que alguien la vea de esa manera estoy segura que terminaría con ella enterrando un cuerpo. Interesante...

—¿En qué puedo ayudarlas tan temprano?— pregunte y con una sonrisa me dijeron lo que deseaba hacer desde anoche. —Miss. Peregrine me pido llevarte a Jericho por petición de tus hermanos, salimos en cuanto estés lista.— dijo la mujer mayor y con una sonrisa salió de la habitación, me apresure a escoger la ropa que usaría y cuando estaba por empezar a cambiarme la puerta del baño se abrió dejando ver a una Merlina más arreglada pero aun tenia puesta la pijama, sus perfectas trenzas listas.

—¿Qué querían?— su pregunta se detuvo en el aire de la habitación unos segundos mientras le daba la espalda para cambiarme rápidamente, quería irme tan pronto como fuera posible. —Me van a llevar a Jericho para ver a Félix.— me quite el short de pijama para ponerme una falda y correr al baño para arreglar mi cabello. —¿No me vas a preguntar si quiero ir?— mire a Merlina que estaba buscando algo en su ropero antes de que regresara a lo mío. —Estoy segura que vas a venir con o sin invitación.— dije y ella solo emitió un sonido de acuerdo.

Veinte minutos después fuimos a la entrada en donde la señorita Avocet nos esperaba con un taxi detrás de ella, ingresamos al automóvil y llegamos a Jericho en tiempo record, de inmediato pude detectar en donde se encontraban mis hermanos y empecé a caminar hacia esa dirección sin necesidad de indicaciones.

Cuando entramos al hospital Merlina se quedó apenas unos minutos parada en la sala de espera mirando un banco de dos, la mire curiosa pero antes de poder preguntar llego la enfermera indicándonos que podíamos pasar a la habitación de Félix.