Ligadas Por La Sangre Y La Luna

18 Pistas y Visiones

Merlina Addams

-El sheriff Galpin.- tenía planeado acercarme a Félix para, con suerte, tener una visión pero en un momento Enid ya estaba dejando la habitación sin decir nada, vi a sus hermanos completamente en blanco y empecé a caminar rápidamente detrás de ella llamándola. -¿A dónde planeas ir?- cuando salimos del hospital vi como la chica estaba preparándose para correr a quien sabe dónde.

-Voy a buscar al maldito.- la rubia casi gruño cuando dijo eso y como pude la alcance y sus ojos brillaban de un azul muy oscuro, era francamente atrayente así como extraño. En un segundo todo se puso color negro y como un eco solo escuche alguien susurrar mi nombre.

Abrí los ojos y estaba en el bosque, afuera de la casa de la familia Gates siendo precisos, miré a todos lados confundida. Un sonido desde el interior de la casa llamo mi atención, se supone que nadie había vuelto a venir a este lugar desde lo ocurrido, mire con atención hacia la puerta sosteniendo con fuerza la reja. La puerta de la casa se abrió, pero antes de ver de quien se trataba fui enviada a otro lugar, esta vez estaba en una sala repleta de cajas de comida, algunas con alimentos en descomposición, el lugar estaba repleto de latas y botellas vacías de cerveza.

Alcance a ver como se apagaba una luz a la vez que se escuchaba que se cerraba una puerta, el refrigerados. Con pasos pesados un hombre apareció en la sala. -Señor Galpin.- susurre. El hombre tomo asiento en el sofá, todo se veía realmente repugnante y por primera vez en mi vida sentí pena por el nombre. No perdono las acciones de su hijo Tyler, con o sin controlador. Unos golpes en la puerta me alertaron, pero el señor Galpin siguió viendo un canal al azar en esa caja tecnológica que reproduce imágenes y sonidos. Televisor le llaman.

Los golpes seguían y seguían y cada vez eran más fuertes, el señor Galpin se levantó molesto y pateando unas cosas tomo su arma que estaba en un cajón y se dirigió abrir la puerta, me moví entre todo el tiradero y la espalda del hombre me tapaba a quien tocaba con insistencia y no se inmuto ante el arma. -Buen día, señor Denovan Galpin.- lo único que vi después de esa voz claramente masculina fue una melena color blanca.

Aparecí esta vez nuevamente frente a la cripta de Crackstone. Trague saliva viendo en todas direcciones enfocando mis sentidos. Unos segundos después un aroma rancio y amargo se hizo presente, así como el de una loción barata que se quiere hacer pasar por cara. Camine despacio hacia la cripta entrando en ella para ver a dos hombres en ella.

El hombre en el suelo rodeado de latas vacías de cerveza no era nadie más que el propio ex sheriff Galpin, el hombre se veía demacrado y asqueroso, caminé detrás de él y me detuve cuando vi a su lado diversas dagas de plata. -Escucha Denovan, tenemos menos de dos meses para conseguir a la chica, no me importa nada más, o acaso ya olvidaste nuestro trato.- el señor Galpin sostuvo todavía la lata de cerveza cerca de sus labios antes de bajar el brazo.

¿Cuál chica? ¿Qué tipo de trato? ¿Quién demonios era ese hombre y de donde el señor Galpin saco dagas de plata? Tantas preguntas y seguía sin obtener las respuestas que quería.

Mire al hombre que hablaba, era alto, piel negra con unos muy singulares ojos blancos y cabello blanco. -Eres un cobarde Denovan, tú fuiste quien puso estas patéticas condiciones y aun así te niegas hacerlo.- me acerque al hombre bien vestido que se mantenía observando todo a su alrededor como buscando algo en la antigua cripta. -Guarda silencio, yo...-

-Oh Denova, parece que olvidas quien soy o de lo que soy capaz, recuerda que tú eres el que me necesita y no es al revés.- la voz del hombre era clara y perfectamente en control, el suponía ser superior al señor Galpin y se lo hizo ver cortándolo antes de que terminara de hablar. Vi como por un momento el hombre demacrado en el piso dudo antes de seguir tomando de su cerveza. -Cumplire con mi parte del trato si me ayudas como lo prometiste.- el hombre se detuvo viendo el suelo y con una sonrisa regreso a mirar al hombre. -Hicimos un trato después de todo.-