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Cuando Baek empezó con su vida matrimonial, en realidad estaba preocupado. Venía de una buena casa, jamás en su vida se había tenido que preocupar por si había comida o no en su casa, o quién se la iba a preparar, jamás. Así que después de su luna de miel, estaba preocupado por cómo iba a hacer todo, en especial el tema de las cosas de la casa, en su vida había tocado un sartén o una lavadora, estaba confundido y la primera vez que lavó la ropa, inundó todo el departamento.

Chanyeol no se había reído nada y Baekhyun había llorado un montón, porque estaba avergonzado, pero aun así, Chanyeol nunca le recriminaba las cosas, siempre decía que los dos estaban aprendiendo juntos, además, Chanyeol no lo había hecho mejor cuando quiso arreglar algo de la luz y dejó a todo el edificio sin la misma, porque la luz de su baño estaba parpadeando, solo pensó que era cosa de hacer unos ajustes, pero habían terminado arruinando todo, Baekhyun y él habían tenido que disculparse con todos y tener que pagar al hombre que iba a tener que arreglar eso, pero cuando se habían quedado solos en casa, los dos se habían mirado medio segundo antes de soltarse a reír, porque había sido por demás vergonzoso y ahora todo el mundo los conocía como los dos tontos que los habían dejado sin luz dos días, pero al menos habían podido tener cenas lindas a la luz de las velas.

Baekhyun había mirado un montón de videos en línea para poder saber como se hacían hasta las cosas más simples, y la primera vez que Baekhyun cocino para los dos, había estado tan salado, que había sido simplemente incomible, pero Chanyeol no dijo nada, se metió el primer bocado a la boca y se quedó procesando eso, masticando lentamente, mientras Baekhyun hacía lo mismo y el primero en escupirlo todo, había sido Baekhyun y Chanyeol si lo tragó, pero no pudo comer nada más. Los dos cenaron pizza ese día, y Baekhyun estaba realmente deprimido y molesto consigo mismo, porque no había podido hacer una cena decente, sin embargo, Yeol había terminado riéndose de la nada, solo un poco, como solía hacer siempre que estaba de buen humor.

-¿Sabes que? Me gusta la sal, pero no tanto.- Baekhyun le dio una pequeña patada por debajo de la mesa porque de verdad estaba avergonzado y él no le ayudaba en nada.

Le había pedido a Chanyeol que le diera una lista de las cosas que le gustaba comer, y Chanyeol en lugar de eso solo había dicho "Puedo comer lo que sea", eso no ayudó a Baek, que estaba en medio de sus crisis todos los días mientras se enfrentaba a las ollas y sartenes, así que solo hacía un montón de cosas raras, como la vida le daba a entender, las primeras veces había sido horrible, pero Chanyeol no quería hacerlo sentir mal y comía todo, comía tanto como podía y decía que estaba delicioso, pero Baek decía que no tenía que mentir, que solo tenía que dejar de comerlo, mientras lo miraba con los ojos llenos de lágrimas y avergonzado.

-Debes arrepentirte tanto de haberte casado conmigo.- lloró un día Bakehyun, solo sorbiendo su nariz y luego llorando aún más, en especial cuando Chanyeol estaba limpiando su lengua con una servilleta, pero este solo lo tomó de la mano.

-Claro que no, estoy muy contento con todo, no te mortifiques por esto, está bien.- Chanyeol siempre sufría cuando Baekhyun hacía de comer los primeros días, pero debía ser sincero con todo, en realidad siempre estaba contento con su comida, porque Baek se la pasaba horas en la cocina tratando de hacer algo delicioso, se esforzaba mucho y en realidad eso lo hacía más feliz que nada. -Nunca habían cocinado especialmente para mi, ni mi madre, ella siempre estaba ocupada, mi padre siempre estaba en la oficina, en realidad, por esto es tan lindo, me encanta.- Chanyeol volvió a probar su comida y a sonreír. -Estoy feliz incluso si tu no te sientes seguro de esto, porque es algo que a mi me hace sentir querido, aunque sea de una manera que ninguno de los dos esperaba.-

Baekhyun terminó mirando a su esposo con los ojos llenos de lágrimas y sin más, se había terminado poniendo de pie para poder lanzarse a la boca de Chanyeol, que como siempre, lo recibió gustoso, porque algo estaba claro y era que los dos se deseaban desesperadamente la mayoría del tiempo, siempre habían sido encuentros bastante satisfactorios, habían aprendido a conocer el cuerpo del otro, de pies a cabeza, habían aprendido como hacer el juego previo, donde tocar, donde morder, donde lamer, era increíble y había sido una parte importante de su relación.

Indigno de ser tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora