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La primera discusión que habían tenido, Baekhyun todavía la recordaba bien, resultaba que cuando apenas se estaban acostumbrando a su vida matrimonial, Chnayeol y él habían tenido una primera pelea, la razón real de porqué había comenzado, ni siquiera la tenía clara en esos recuerdos borrosos, pero sí recordaba que los dos se habían gritado, de alguna manera, los dos habían llegado a su limite y se habían gritado tanto que al otro día ya no podían hablar, pero había sido algo que escaló más de lo que debería, quizás porque todas esas veces anteriores en las que habían tenido que pelear, no lo habían hecho y eran como un montón de patadas en la entrepierna si lo pensaban un poco, pero había sido así.

Baekhyun se recordaba a sí mismo en la cama llorando, preguntando un millar de cosas de que, si así era entonces ¿cómo sería en unos años? no tenía ni idea de que no durarían tanto, pero de todos modos, había estado muy dolido, no estaba acostumbrado a que nadie le gritará, nunca, ni sus padres lo habían hecho, epro Chanyeol con su voz gruesa y tono furioso, lo había llenado de gritos, diciendo que era infantil, quejumbroso y demás, Baekhyun no había sido mejor, le había gritado a su esposo que era tonto, que no escuchaba, que era explosivo y que lo tenía harto, los dos se habían herido y calro que cuando ya no hubo de que más gritarse, habían venido las lagrimas, en especial cuando su esposo le dijo que estaba harto de eso y que no tenía sentido, entonces había terminado tomando su abrigo y saliendo del departamento, mientras Baekhyun lloraba y peleaba con el impuslo de tomar todo e irse, incluso privandose de la idea de irse con sus padres.

Creía que ir y meter a más personas en eso, no solucionaría nada, ¿por qué lo haría? era un problema de los dos, que todo el mundo lo supiera entonces, pero era cosa de los dos, los dos se habían insultado y gritado, los demás no tendrían que saberlo, bien decían que los matrimonios empezaban de dos y terminaban de la misma manera, entonces, Baekhyun estaba pensando que quizás era todo, siempre era tan extremista y ya hasta estaba imaginando escenarios en su cabeza donde Chanyeol iba pero solo a recoger sus cosas y eso lo hizo llorar más, porque amaba a ese hombre, aunque su padre le había dicho que no tenía que hacerlo cuando le hablo del matrimonio, era cosa de un pez grande comiéndose a un pez más pequeño, eran negocios, números, podría terminar eso cuando quisiera, porque de todos modos, no era nada, pero Baekhyun de verdad había caído rendido y ahora solo podía llorar imaginando todo eso, pero su esposo había regresado unas horas después, al parecer mucho más calmado.

Baekhyun lo escuchó cuando abrió la puerta de la alcoba y entonces sus miradas se habían encontrado, Baekhyun había sorbido su nariz, porque había llorado un montón todo ese rato y entonces Chanyeol había terminado mirándolo de manera lastimera, al verlo así, con sus ojos rojos y llenos de lágrimas, entonces Chanyeol se había acercado corriendo a abrazarlo y Baekhyun le abrió los brazos para recibirlo en la cama, dejando que cayera encima de él, comenzando a besarse, mientras que rodaban por la cama y en medio de un montón de picos en sus labios, Yeol lo había mirado mientras lo abrazaba con fuerza.

Era como si en un agarre hubieran podido haberse dicho todo y siempre había sido así, no necesitaban de tantas palabras para poder hacerlo bien, Chanyeol creía que con la cabeza caliente uno nunca razonaba bien las cosas y por eso, esa vez, había salido a tomar un poco de aire, había ido por una cerveza y respirado mientras miraba el paisaje nocturno de la ciudad desde su auto y de alguna manera, se sintió extraño estar ahí sin Baekhyun, porque desde que se habían unido, habían empezado a hacer todo juntos y ahora, hacerlo solo, se sentía de cierta manera, deprimente.

Así que había regresado a su casa para escuchar los suaves sollozos de su esposo, no había nada que odiará escuchar más que a Baekhyun llorando, pero lloraba por todo, a veces era gracioso, otras no tanto y esa vez en especial se había sentido muy mal, así que sentirlo tan cerca en su abrazo, lo había hecho sentir que de nuevo estaba en casa, en un buen lugar, en donde siempre quería pertenecer.

Indigno de ser tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora