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Chanyeol había caído enfermo y eso si que era una sorpresa porque su resistencia no era ninguna broma, era impresionante lo poco que se enfermaba, pero ahora había caído como si fuera muy débil, ni siquiera había sido una razón que lo hiciera pensar que había válido la pena enfermar, como esa vez que Bon quiso jugar en la lluvia y entonces había salido a dejarlo brincar en los charcos, esa vez los dos habían enfermado, pero al menos había sido algo que le causó risas a su bebé y lindas fotos, pero eso no le había dado nada, pensó que quizás había sido el enojo lo que lo había hecho débil y eso si que lo hizo sentir patético, como nunca en su vida, más que la noche anterior.

Todo eso vaya que había sido una revelación de lo mal que estaba su matrimonio, de lo mal que estaba todo en general y había descubierto algo nuevo de su personalidad, acerca de lo mucho que podía odiar a las personas sin siquiera conocerlas, como lo era en ese caso, Joo Hyuk, el idiota de la sonrisa amable, que ahora que lo pensaba, ya se le había hecho raro que estuviera por ahí.

-Si, tiene fiebre.- dijo la señora Han cuando lo terminó de revisar y Yeol terminó tapando sus ojos con su antebrazo, porque eso le pareció de lo más humillante, por supuesto, porque al no tener a nadie a quién acudir, había acudido a esa amable mujer de mediana edad, porque ni siquiera quería hablar con su familia. -¿Debería prepararle un medicamento? Se mucho de eso y también, podría traerle un poco de comida, solo dígame que quiere.-

-Esto es vergonzoso.- dijo Chanyeol, suspirando un poco al final, aunque solo estirándose en su cama, sintiendo todo el cuerpo cortado, no estaba sintiéndose mejor que la noche anterior, solo que ahora le lloraban los ojos y tenía la nariz tapada. -Le pagaré por todo esto.-

-No es necesario, mi esposo se quedó en el restaurante, además, usted es un hombre muy agradable.- dijo la señora Han, sonriendo y Chanyeol suspiró, en realidad no creía que él fuera una buena persona del todo, no tanto como ella creía, estaba sacando lo peor de si mismo, su lado más inmaduro, y se sentía como un tonto a ese punto, pero de todos modos, solo había terminado suspirando. -Iré a traer medicamentos y también un poco de sopa caliente, ¿dónde podré conseguir una buena sopa?-

Chanyeol sabía de una, siempre se la hacían cuando estaba enfermo, se la hacía Baekhyun, esa sopa era deliciosa, tenía muchas verduras, muchos fideos, había tanto en un pequeño tazón, y tenía algo que lo hacía especial y podría hacer sentir mejor a cualquiera con una cucharada, de verdad le gustaba esa sopa, pero de todos modos, dudaba mucho que pudiera conseguirla a ese punto, aunque quizás tampoco la quería probar, no se sentía del todo bien, tanto física como mentalmente.

-Demonios.- Chanyeol rodó en su cama cuando se quedó solo y estaba mirando hacía la puerta de su alcoba por donde antes había salido la señora Han, en realidad no entendía qué era lo que pasaba con él, nunca era tan sentimental, pero en esos momentos estaba tratando de no imaginar que Baekhyun entraba por ahí e iba a abrazarlo, a hacerle sentir que había algo entre los dos, pero en realidad no había nada. probablemente no lo había, no lo habría nunca más quizás, esa posibilidad lo hizo quejarse y terminar tapandose de pies hasta la cabeza, no queriendo saber nada del mundo por un buen rato, solo necesitaba a sus siestas y medicina, lo demás estaría extra.

Si no fuera por la señora Han, Baekhyun no habría sabido que si Chanyeol no estaba saliendo de su casa, era porque había caído terriblemente enfermo, había ido a buscarlo, pero no le había abierto la puerta, pensó que solo estaba molesto, pero resultaba que lo había ido a buscara él anoche y había quedado empapado por la lluvia, Baekhyun sentía que no se podía sentir peor a ese punto, porque claramente era su culpa, pero ni siquiera su excusa parecía buena entonces y era evidente que tampoco quería verlo, estaba enojado con él y por supuesto que sus razones eran más que válidas, pero Baekhyun ni siquiera sabía que decirle, aunque creía que no tenía derecho a enojarse de todos modos, no había sido a propósito, aunque eso pareciera.

Indigno de ser tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora