Lealtad 4

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LEALTAD 4

Jin GuangYao estaba desayunando junto a Lan XiChen, conversaban tranquilamente cuando la trémula voz de Nie Huaisang hizo eco en el salón de té.

― ¡Es urgente, tengo que ver a mis hermanos!

Ambos se pusieron de pie al escucharlo, recientemente habían resuelto uno de los problemas de Nie Huaisang, pero ambos temían que algo nuevo acosara al frágil líder. Cuando lo vieron entrar con su abanico en la mano y su rostro pálido, temieron que fuera algo grave, a veces, a este pequeño hermano le sucedían cosas odiosas que él no sabía manejar.

― ¿Qué sucede? – preguntaron ambos mientras le tendían las manos para apoyarlo a tranquilizarse

― ¡Qué bueno que los encuentro! ¡No sé qué hacer, no lo sé!

― Cálmate y dinos que sucedió – Lan XiChen le froto un poco la espalda al sentir que temblaba, aunque ya era un hombre, actuaba como un niño perdido

― Hermano Lan, llego un hombre muy asustado, dijo que esta huyendo del General Fantasma, ¡No sé qué hacer!

Tal como su temblorosa voz anuncio, descubrieron que en las puertas de la Torre Koi, aguardaba un pequeño grupo de hombres, eran tres que en ese momento comían con urgencia, sus rostros estaban flacos y pálidos, realmente parecía que llevaban tiempo huyendo.

Estos hombres parecían casi locos, observaban a todos lados con temor y se agrupaban listos para ser atacados, los días que habían pasado escapando parecían años de vivir al límite, incluso habían comenzado a perder todo el cabello sobre la preocupación. Enfrentar la muerte es algo inevitable y todo hombre le tiene cierta aceptación, pero saber que al morir se convertirían en propiedad del Patriarca Demoniaco los aterrorizaba tanto como la expectativa de ser asesinados por su general.

― Nos está cazando – dijo uno de ellos, era el único que todavía podía hablar sin comenzar a gritar – a todos los que estuvimos ahí, a los que queríamos tocarla, a los que no quisieron ayudarla, a los que prefirieron que le pasara a ella... a todos, nos quiere muertos... nos quiere muertos.

― ¿Quién los está cazando? – Jin GuangYao se acercó con su voz calmada, intentando que el hombre fuera más claro

― El Patriarca... a todos... no se va a detener... ¡No se va a detener!

Los otros dos hombres comenzaron a gritar, Jin GuangYao conocía esa clase de gritos. Lo recordaba, cuando fue espía en la secta Wen, los pocos soldados que lograron escapar de Wei WuXian gritaban así, veían algo, escuchaban algo. El terror los volvía locos.

¿Por qué? Esa pregunta seguía dándole vueltas, qué era lo que buscaba el Patriarca en este regreso.

*

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Wen Ning siente dolor en su cabeza, como algo que no lo deja pensar y el dolor y la rabia se mezclan cada vez que encuentra a uno nuevo.

Es una orden y él debe cumplir las órdenes, lo sabe, es una certeza extraña, es una voz que sigue susurrando todo el tiempo, sin detenerse ni un momento, la voz sigue hablándole.

― Los quiero muertos...

El susurro del Maestro Wei. Aunque ahora no entiende por qué, su mente es una neblina oscura, recuerda pocas cosas y casi nada tiene sentido porque hay alguien a quien quiere cazar, alguien a quien quiere destrozar, pero el Maestro Wei dice que no, que a él no debe tocarlo.

LAGRIMAS DE LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora