Rostros que odian, rostros que mienten.

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Wei WuXian avanzo llevando al burro, no lo montaba seguido porque no le parecía adecuado, aunque sabía que los burros pueden cargar mucho peso, este burro en particular le parecía lindo. No sabía porque, pero sentía que este burro era mucho más listo, y los burros son inteligentes por naturaleza.

Habían hablado largo y tendido, aunque el burro se limitaba a resoplar aire por la nariz, no le daba respuestas claras.

En aquel momento, estaban comiendo, el burro el pasto del camino, pasto fresco rociado de roció, porque al parecer no le gustaba de otra manera, Wei Ying su ultimo bollo de arroz, Wei Ying además estaba tejiendo dos muñecos de bambú. No era muy hábil así que de rato en rato las flores se le salían, pensando que de cualquier manera tenía toda su vida por delante, decidió no enojarse. Siguió poniendo capa tras capa de las hojas, formando dos cuerpos más bien deformes, pero la intención debería ser suficiente.

Escucho entonces unos lloriqueos, no quería involucrarse en nada que tuviera que ver con la Cacería Nocturna, pero parecía que la cultivación lo perseguía. Se acerco y encontró a una niña y madre atrapadas en una Red Espiritual. En el suelo estaba tirada la espada de alguna de ellas, así que Wei Ying la tomo, este cuerpo que ocupaba ahora tenía un núcleo dorado, no era muy bueno, pero serviría. Lanzo la espada y esta corto la red, ambas cayeron y aunque la caída debió doler, era mejor que estar colgando.

― Gracias, joven maestro – dijeron a coro, la mayor recupero su espada y Wei Ying sonrió, este cuerpo tenía una cara bonita, no tan atractiva como su verdadero rostro, pero también era útil.

Mientras miraba sus muñecos de bambú fue avanzando por los senderos del bosque. De pronto el relincho de su burro rompió la calma. Al levantar la vista lo encontró colgado en una red, el burro desde luego se puso muy nervios.

― ¡Manzanita! ¡Manzanita no tengas miedo!

Ahora no contaba con una espada, no tenía su flauta ni nada que lo ayudara y su Manzanita se retorcía atrapado en la red.

― Mierda – mascullo tomando tres hojas entre sus dedos. Las lanzo, el cultivo demoniaco estaba ligado a él, unido en su alma, las hojas cortaron la red y el burro cayó al suelo, por suerte no se hizo daño.

― ¡Maldito animal! – rugió una voz entonces, Wei Ying se escondió y observo al muchacho, sus colores eran de la secta Jin, incluso la marca bermellón entre sus cejas – Debería matarte, estúpido burro... ¿Quién está ahí? No trates de esconderte, deberás pagar por la red.

― ¿Pagar? – dijo saliendo de su escondite – No deberías tu pagarme a mí, casi matas de miedo a mi Manzanita. Además, ¿Por qué usas redes?

― Ah, eres tú, ¿volviste a escapar? No me importa, piérdete y llévate a tu animal

"Ah, eres tú" Wei Ying no entendía porque este joven maestro lo conocería, también lo conocían los chicos del clan Lan, pero él era mayor, bueno él sí, pero su cuerpo también. Tenía veintitrés años, estos niños estaban una generación o dos por debajo.

― ¿Qué es esta porquería? – la voz del niño lo hizo voltear, sus muñecos de bambú estaban en sus manos. Su mente se incendió rápido, no soportaba que alguien de la secta Jin tocara a su hijo y a su esposa

― ¡Déjalos son míos!

― ¿Esta basura? – el chico apretó uno de los muñecos destrozándolo, había algo vil en él, algo repugnante – huy... se rompió

LAGRIMAS DE LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora