Lo siento, gracias 3

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Jiang Yanli no ha comido ni bebido desde que la trajeron, siente que su cabeza da vueltas y no puede dormir por muy cansada que se encuentre, se suponía que el líder Jin la quería viva, había llegado a creer que su inexistencia tenía algún sentido, una razón para mantenerla con vida y sin embargo la estaban matando de hambre.

Era una malagradecida en palabras de su hermano Jin.

De alguna manera absurda, ella misma había comprendido lo equivocada que estaba. Nunca debió buscar a su hermano, ella ya no tenía un hermano, había permitido que Jiang Cheng envenenase a Mian Mian y aunque no tenía la suficiente fuerza para enfrentarse a ellos, simplemente había aceptado todas sus palabras sin pensar que después de todo, nunca la dejarían recuperar a su hijo.

¿Qué he hecho?

Pensaba constantemente ahora que no tenía nada que la distrajese, no necesitaba juntar dinero para recuperar la vista, no necesitaba viajar para buscar a A-Xian, no tenía que pensar en lo que le diría a su hijo al verlo, ya lo había visto...

Cerro su mano recordando ese momento, el momento en que dejo a su hijo completamente desprotegido. Él qué ha nacido para ser el siguiente líder, ahora era tan común como un campesino.

¿Qué he hecho?

Volvía a pensar en ese segundo, el segundo en que trato de atacar a su hermano con la furia de todo lo robado porque no la defendió, cuando Dong Wang dijo todo eso de ella, su hermano simplemente actúa como si ella no le importase, de hecho, si él qué perseguía con tanto ahincó a los cultivadores demoniacos no había llegado a ella era porque sin error, nunca la había buscado.

Su ropa se sentía pesada y olorosa sobre su piel, el calor estaba empezando a ponerse húmedo y ella no tenía un abanico, pensó en su vida antes, no completa porque no la recordaba completa, solo pensó en su tiempo junto a A-Xian y a A-Cheng, cuando ella les metía una sandia en el pozo para que cuando la comieran sintieran el fresco, pensó en Xue Yang dándole bocado a bocado una nieve mágica de sabor dulce y delicioso.

Suspiro al pensar en él, Xue Yang le prometió que intentaría convencer a su hermano de buscarla, le pidió que se fuera.

― Dama escúchame – dijo – toma esto y vete, hablare con él pero si no me cree o no le importa es necesario que te marches, piensa que tu hijo ha crecido bien, ¿Qué sentido tiene buscarlo ahora?

Sus palabras que en ese momento le sonaron crueles y fuera de lugar. Ahora tienen sentido, ella era un error en la ecuación. Debería haber muerto.

Merece morir.

Algo trepa y ella descubre un par de ojos verdes brillando contra la pared, brillan tanto que es evidente que no pertenecen a alguien vivo, una suave risita suena en la habitación y los ojos parpadean mientras un rostro pálido se abre camino.

Ella tiembla pero la cosa, que no puede definir si es hombre o mujer se lleva un dedo huesudo sobre los labios y pasa cruzando la puerta.

Luego... los gritos se hacen tan feroces que ella intenta inútilmente fundirse con la piedra de la pared.

*

*

*

Una risita es lo que lo despierta, abre los ojos y sobre su pecho ve a la mujer que pesa sobre él, ella es pálida y de ojos rojos, brillantes y terribles ojos rojos, Lan XiChen mueve su mano pero nada viene. Sus poderes espirituales han sido bloqueados.

Usa toda la fuerza que posee para alejarla de él pero no es tan sencillo como debería, ella atrapa la lampara que le lanza y no se muestra preocupada por el fuego que se enciende por el aceite. La golpea con todo lo que halla a su mano pero ella sigue riendo, con los dientes putrefactos y el aliento apestoso lo atrapa por el cabello arrastrándolo contra la pared.

LAGRIMAS DE LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora