Hermano, hermano, hermano 4

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Jiang Yanli espero, sentada sobre un tronco observando la luna, esperaba que él viniera, deseaba volver a verlo, espero sin cansancio y en un pestañeo lo encontró de pie frente a ella, lejos de su alcance, podría correr y correr tras él y nunca lo alcanzaría. Incluso cuando muriera no llegaría a reunirse con él.

Sus mejillas se sonrojaron, que guapo es, incluso en la palidez fantasmal de estar allá, no ha envejecido, sigue alto, recto, sonriente aunque en silencio, se pregunta si el silencio de su esposo se debe que no puede o a que no quiera hablar con ella.

― Vi a nuestro hijo – dice entonces con la voz ahogada, no quiere llorar, pero es duro contener las lágrimas – se parece a ti, todavía es tan joven, pero es muy guapo, realmente audaz y tiene amigos, caminaban juntos comiendo cosas deliciosas. Tiene un perro, es una hembra espiritual muy inteligente, su nombre es Hada, lo sigue por todos lados. Ha crecido... la ultima vez que lo vi era un bebe...

Y no pudo más, comenzó a llorar, su hijo, suyo, nacido de sus entrañas le fue robado, le fue negado el verlo ponerse en pie, enseñarle a leer, contarle historias, cocerle la ropa, le fue negado todo y ahora es un hombre que no la necesita y que sentirá asco al reunirse con ella.

― No es justo – se quejó – nosotros deberíamos haberlo criado, tu y yo... yo no sabía, pero qué importa si no lo sabía, ya no sé que hacer, estoy tan confundida, ya ni siquiera siento que merezca llamarlo hijo... ¿me odiara? Mis hermanos se reunieron y están juntos pero yo sigo sola, estoy cansada... cuando muera... no podré volver a verte... si al menos pudiera volver contigo.

Froto las lagrimas de sus ojos y él no estaba ahí, no estaba segura de que haya venido a verla, tal vez solo lo imagino.

― Deberías entrar y descansar

― Mian Mian, ¿Qué vamos a hacer?

― Reunirte con tu hijo, es lo que te prometí y lo cumpliré, pero eso será todo.

― ¿crees que termine?

― No podemos seguir estirando esto, antes no conocías tu identidad pero ahora que lo sabes, ahora que puedes ver, ahora que conoces el alcance del crimen que has cometido, ya no podemos estirar el tiempo, es necesaria terminarlo. Quien esta atrás de nosotros, tu benefactor, creo que esta perdiendo el control, los dos puntos que encontramos con esa gente muerta, eso no es obra del General Fantasma.

― ¿Quién puede ser?

― Solo lo vi una vez, era alto, con el cabello negro que le cubría la espalda, un lazo lo ataba y su ropa era blanca, no vi su rostro pero... no hay tantas sectas con ese color en su ropa.

― ¿Qué es lo que quiere? Si quería convertirme en una nueva mano que funde núcleos ¿Por qué me dejo abandonada en esa cueva?

― Dama... solo una cosa tiene sentido, no hay razón para que te odiara, la razón debe ser usarte para vengarse de tu familia, el Patriarca estaba muerto, así que solo queda un odio contra Jiang WanYin y si buscas gente que lo odie, será como una aguja en un pajar.

Realmente los odiaban tanto, a cualquiera de ellos, incluso a ella, un odio tan profundo que ha completado la tarea de matarlos y condenarlos, la gente fuera de su secta no recibiría a Wei Ying, incluso gente dentro de la secta Jiang no lo haría, insistir a reunirse parecía una traición a lo que fueron, los niños que crecieron juntos. ¿Cómo lograría presentarse ante ellos?

Aunque esperaron hasta el amanecer del segundo día, Xue Yang no llego, no les fue tan difícil comprender que no llegaría.

― Estas convencida de esto – pregunto nuevamente la doncella Luo

LAGRIMAS DE LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora