Tres pequeños bajo la sombra de un árbol *4*

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Se difuminaron hasta desaparecer, dos almas vagabundas sin encontrar un poco de paz.

Ella vestida de novia

El vestido para la guerra

Ella bailando y el tocando su flauta maldita, desaparecen y la gente corre sin orden, desaparecen, mientras los otros se lanzan para darles fin.

Desaparecen y hay quienes piensan en los demonios que caminan por el mundo y luego de contaminar se marchan, hay quienes piensan en los enviados de los dioses que lucen un halo de calma y se marchan dejando algo, una enseñanza que a veces es calma y a veces dolor.

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La primera vez que Jiang Cheng vio a Wen Quing ella tenía dieciséis años, fue un mes antes de recibir su espada, viajaron a las ciudad sin noche, un banquete por el cumpleaños del hijo de Wen Rulhan, no importaba, Jiang Cheng la vio caminar sola y hacer una reverencia al líder de la secta Quishan Wen, luego volteo y se tomó asiento en la mesa de honor, era la única joven, un alto honor, ella era una medico prominente, sí, pero también era completamente diferente, un dolor en el pecho y un movimiento en sus entrañas, la sensación indescriptible de miedo y ansia, Jiang Cheng resumió la presencia de la joven doncella en una palabra Hermosa

La última vez que Jiang Cheng vio a Wen Quing ella tenía cadenas en las manos y en las piernas, tenía marcas de golpes y la ropa arrancada, incluso así ella iba erguida, con el mentón en alto subió al patíbulo, dejo que la encadenaran y cerró los ojos llorando en silencio, Jiang Cheng le ofreció una salida y ella le escupió, no pudo convencerla no tuvo el valor de detenerlos, de evitar que ella cayera de esa manera, no merecía caer por un hombre que no era capaz de mantenerla a salvo, como un golpe comprendido que ese hombre era el mismo, Jiang Cheng sintió el peso de saberlo, ella debía ser su esposa, el debía casarse con ella y en lugar de echarla del Muelle de Loto debió recibirla... incluso ahí, el perfume de sus manos parecía vivo... Jiang Cheng le pidió casarse y ella dijo si, dijo; Si, me casare contigo... vestiré el Lila de tu clan, seré la madre de tus hijos.

entonces prendieron fuego, entonces ella comenzó a gritar...

Entonces Jiang Cheng de la secta Yunmeng Jiang supo que la amaba, solo a ella, nunca a otra mujer.

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La primera vez que Lan WangJi vio a Wei WuXian este trepaba por el muro cargando dos frascos de licor, al comienzo pareció asustado, pero al ver que WangJi era casi de su edad sonrió, lo tomo por su cómplice y le ofreció compartir el licor, era un descarado sin vergüenza que sonreía, y que teniendo un horror mayor WangJi descubrió lo aturdía, tenía los ojos en un tinte violeta, su sonrisa era canalla pero honesta, unos ojos y una boca hechos para la felicidad, para la superioridad, incluso su cabello brillaba en la noche, un espeso pelo negro. Podía describirlo y aunque no le dejo meter el licor y le advirtió de su comportamiento le pareció que podría hacerlo cada día, su estómago se contrajo cuando el chico se marchó, sus ojos esperaron que regresara y se descubrió a si mismo reviviendo en su mente su imagen sin cesar.

La última vez que Lan WangJi vio a Wei WuXian estaban en la entrada de uno de los caminos del tumulto funerario, Wei WuXian seguía débil por la herida, su energía era casi nula y no habia probado ningún alimento, apenas podía caminar, pero repetía: Márchate, mataste a mi esposa, Aléjate de mí, Márchate, mataste a mi esposa, Aléjate de mí, Márchate mataste a mi esposa, Aléjate de mí. Cuando se soltó le regalo una mirada llena de rencor, en ese momento y por primera vez, Lan WangJi le creyó, amaba a su esposa: Mis padres, mi tío, la señora Yu, mi esposa, Wen Ning, mi hermana... mi esposa... mi hermana, Márchate, mataste a mi esposa, Aléjate de mí.

LAGRIMAS DE LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora