LAGRIMAS DE LUNA

Incienso y te de menta

Incienso y te de menta

¡Qué gran calamidad para las casas menores!

En los templos muchas doncellas oraban, suplicando.

"Diosa te suplico que mi padre no trate de emparejarme con Jiang WanYin"

La calamidad estaba en las cuatro principales sectas.

El líder de la secta LanLing Jin era tan devoto a su única esposa que nunca tomo una sola concubina, no tenía una sola amante.

El líder de la secta QuinHie Nie era tan débil y cobarde, que ninguna mujer se casaría con alguien de su tipo, algunos rezaban para que muriera y algún pariente cercano asumiera el cargo

El jade de la secta Gusu Lan, vivía en duelo eterno, su mirada melancólica y su fidelidad a la madre de su hijo eran asombrosas, pero ese amor puro que aun profesaba no sería mancillado por ninguna mujer.

Y lo peor.

El maldito de la secta Yunmeng Jiang. ¿Qué era apuesto? La belleza de su cara no compensaba su temperamento, ¿Qué su cultivo era alto? Su fuerza no compensaba su temperamento, ¿Qué era rico? El oro no compensaba su temperamento.

Si las doncellas rezaban para que sus padres no las ofrecieron como novias era por su horrible carácter. Tenia un estándar ingenuo sobre su mujer ideal, entonces, cuando hubo ofrecimientos de matrimonio el Líder Jiang los desecho diciendo cosas como "No es suficiente hermosa" "Su cultivo es demasiado bajo" "No le agrada a mi sobrino". Si una chica no era lo suficiente para él, desde luego otros hombres la despreciarían para aparentar un nivel.

Claro que las mujeres también tenían quejas, ya era una pesadilla casarse con Jiang WanYin como para cargar con los látigos de su sobrino. Los dos eran absolutamente crueles y temperamentales, y eso que el niño ni siquiera tenía edad para una espada.

"Diosa te suplico que Han GuangJun deje el luto y decida casarse nuevamente"

Bastaba con ver al hijo de Han GuangJun para desear ser madre, era tan bonito, dulce y gentil. Incluso si una tenía un hijo rebelde, este hijo se comportaría para poder ser amigo del joven heredero.

Otras madres rezaban para que cuando el joven heredero alcanzara la edad del matrimonio pudiera ver a sus hijas.

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Lan Yuan recogió una ramita de menta y la olfateo jugando a ser un conejo, para su suerte no había nadie mirándolo. Hacía tiempo que Xiao Nai le regalo macetas para su menta, a los demás miembros no los asombraba tanto el aroma, no les interesaba frotarse la menta en las manos y aunque no era intencional, muchas veces pisoteaban la hierba.

― Muy buenos días

Se inclino en un saludo, el fantasma inclino en respuesta y siguió su camino. A veces se encontraba con los fantasmas de los recesos de las nubes, gente que había muerto hacía muchos años, que caminaban y así como aparecían se marchaban. La mayoría no podía o no quería hablar, pero si A-Yuan no saludaba, a veces ellos lo tocaban y eso si era espeluznante. A su abuelo paterno solía sucederle eso, incluso dentro de sus manuscritos contaba sobre un fantasma que lo seguía día y noche, porque podía verlo a diferencia de su hermano.

Su tío abuelo, el señor Lan, había confirmado este hecho, aclarándole que su Visión era la sensibilidad mayor a los fantasmas, podía volverlos más claros, aun así, no debía temerles y nunca olvidar que los fantasmas tratarían de cambiar su sitio con él.