CAPÍTULO 1

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Tomó un poco de exfoliante corporal y se lo untó en sus largas y recién depiladas piernas, masajeó sus tensos músculos deleitándose con el propio toque de sus manos

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Tomó un poco de exfoliante corporal y se lo untó en sus largas y recién depiladas piernas, masajeó sus tensos músculos deleitándose con el propio toque de sus manos.

Le encantaba sentir la textura y el olor de la vibrante fragancia desprenderse sobre su piel cada que pasaba su mano para activar la función dando movimientos suaves.

Encendió la regadera dejando que la lluvia artificial relajara su cuerpo, mientras escuchaba una suave melodía de fondo, jadeó con deleite al ver correr el agua por su abdomen, observando como se llevaba todos los residuos para dejar su piel suave y tersa, para él era una sensación casi orgásmica.

El vapor de la ducha provocó que el espejo del baño se empañara, cuando se halló completamente limpio alcanzó una toalla y la enrolló perfectamente en su cintura, dejando al aire los perfectos tatuajes de unos laureles que se amoldaban bien su perfecta figura.

Limpió con el dorso de su mano el espejo dejando ver su blanco y angelical rostro, salió de del baño y fue a su habitación, activó su celular dejando que la música sonara nuevamente.

Le encantaba sentirse sensual al ritmo de la melodía, buscó sus cremas preparándose para hidratar su tersa piel, era un placer poder contemplarse y perfumarse a su antojo, algo que no podía hacer anteriormente.

Sacudió sus rizos húmedos para evitar los malos recuerdos, colocó un poco de crema en ellos para acentuarlos, los amaba ahora que estaban casi rozando sus hombros.

Harry, un omega dotado de belleza y gracia, coqueto por naturaleza, lindo y muy atractivo a vista de cualquiera que tenga el placer de toparse con sus destellantes ojos jade.

Se preparaba para ir al trabajo, fue lo único que pudo encontrar después de salir de casa. Empezó desde cero, literalmente usando con una cobija como cama, porque la libertad, la salud mental y emocional valían más que los lujos; lujos que confiaba en que poco a poco se podría volver a darse.

Sus pocos implementos fueron obsequio de bienvenida que el omega de su buen amigo le brindó el día que lo conoció.

Harry trabajaba como mesero en uno de los bares más prestigiados, Copa de Oro.

Harry trabajaba como mesero en uno de los bares más prestigiados, Copa de Oro

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